Dineros caídos del cielo que se transforman, de un momento a otro, en un verdadero infierno. Se trata de los "call centers del terror", aplicaciones de prestamistas ilegales las cuales son investigadas en Chile por las estafas y amenazas de muerte de estos negocios ilícitos. 

Se trata de un mercado de créditos informales que causa pavor en quienes caen en esta red de engaños. Cada vez son más personas las que, apremiadas por necesidades económicas, acuden a estos verdaderos "salvavidas de plomo".

Policía internacional desbarató una de estas redes en Perú, donde funcionaba realmente como una "escuela de extorsionadores". Incluso, con mensajes motivacionales: "El único modo de hacer un gran trabajo es amar lo que haces... así que extorsiona bien!", se puede leer en un cartel de la oficina.

Cuadernos con apuntes, manuscritos, nombres, datos... Como si fuera una biblioteca de estudios: así funcionaba la escuelita de extorsionadores.

A principios de 2024 la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional de Perú desbarató tres call centers en Lima. En ese lugar "formaban" a los extorsionadores.

Tenían, incluso, zonas de nuestro país donde ejercer las amenazas.

Ana Paula Navarro, de la Alianza Informativa Latinoamericana, revela que "los más jovencitos eran los que se encargaban de empezar a hacerle recordar a la víctima que ellos les habían hecho un préstamo". 

De ahí en más, los niveles de violencia y amedrentamiento no hacía más que subir. 

"Era una empresa formal de cobranzas, era la fachada de esta empresa, que captaba jóvenes para que trabajen, pero les hacían creer que lo que hacían no era delito", explica el General Marco Conde, de la Investigación Criminal de la Policía del Perú. 

Cuánto ganan los extorsionadores de prestamistas ilegales

Desde la Alianza Informativa Latinoamericana descubrieron detalles de qué tan lucrativo era para estos extorsionadores el negocio.

Como sueldo base, ganaban 1.200 soles, que se traduce en algo así como 290 mil pesos chilenos. Pero ese monto aumentaba si conseguían que la víctima pagara la extorsión. 

Una persona que trabajaba en estos "call centers del terror" podía, tranquilamente, terminar ganando mensualmente unos 3.500 soles. 

Ese monto sería algo más de 850 mil pesos chilenos para estos inescrupulosos extorsionadores. 

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