-Lamentablemente ha muerto un niño de dos meses por influenza. ¿Se está manejando mal el complejo momento sanitario del país?

-El aumento de virus respiratorios se esperaba, particularmente sincicial e influenza, porque estuvimos dos años encerrados por la pandemia. No habíamos tenido contacto con estos virus.

Lo que ha pasado es que la magnitud de la infección del virus respiratorio sincicial ha sido mayor y se ha adelantado. Desde el Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud de la UDD, hemos venido alertando desde principios de año que el programa de vacunación estaba atrasado.

-¿Por qué?

-La meta debió haber sido que al 1 de junio el 80% de las personas objetivas tuvieran su vacuna al día, porque venía un invierno difícil.

Hoy día tenemos una cobertura a nivel nacional que no supera el 64%. Pero lo más preocupante es que los grupos de mayor riesgo, que son los mayores de 65 años, tienen una cobertura de 54%. Y los niños de seis meses a cinco años, un 61%.

-¿Pero el virus que está circulando principalmente no es influenza?

-Sí, pero habiendo una situación como la actual, es importante vacunar contra la influenza para tener a los niños protegidos contra aquellos virus que pueden producir coinfecciones. Ese es un primer punto. Lo segundo es el tema de preparación de la red. Hay una campaña de invierno, que partió tarde, recién en mayo.

-¿Cuándo debió haber partido?

-Uno hubiera esperado que la red se empezara a preparar en abril. En ese contexto, hoy día tenemos una alerta sanitaria en nuestro país, que le permite al Ministerio de Salud contar con recursos y con personal para poder fortalecer la red asistencial. Pero aún no sabemos en qué se están ocupando esos recursos; si efectivamente se está fortaleciendo el personal de salud y las redes…

-¿Ha faltado coordinación con el sistema privado?

-Eso es fundamental: fortalecer la cooperación público privada para poder contar con las camas críticas que se necesitan. Yo espero que no haya que lamentar el fallecimiento de otros niños para que el ministerio tome acciones más agresivas. En las próximas semanas vamos a tener un peak de influenza. Y si tenemos una cobertura tan baja de vacunación, muchos adultos pueden terminar en una unidad de cuidados intensivos.

-Se informó que se encontraba saturada la red de salud sin camas disponibles ni en Valparaíso, ni en Santiago ni Rancagua, y que por eso este niño de dos meses falleció en el Hospital Base de San Antonio, de la Región de Valparaíso.

-El hospital dijo que no habían camas disponibles ni en Valparaíso, ni en Rancagua y tampoco en la Región Metropolitana. Y por eso se estaba esperando el traslado a Arica.  Yo creo que es importante aclarar este tema, porque posteriormente la subsecretaría dijo que había camas disponibles y no ha quedado claro si habían o no camas en toda la región.

Por lo demás, hay una unidad de camas críticas que dispone las camas y esa información la manejaba el director y el personal sanitario del Hospital Base de San Antonio. Más allá de eso, es fundamental frente a una situación de tal magnitud y gravedad, ver qué pasó y ojalá que esto no vuelva a pasar, que un niño no tenga una cama crítica para poder ser atendido.

-Hace poco también había muerto otro niño de tres meses el 29 de mayo en Chiloé. ¿Qué está haciendo mal el gobierno o el ministerio?

-Yo creo que aquí hay varias cosas que es importante realizar como estrategia. Primero que nada, usar todas las camas y fortalecer la colaboración público privada. Se dice que se está haciendo, pero se pudo adelantar. Por ejemplo, se pueden trasladar pacientes adultos del sector público al sector privado. Porque el sector privado no tiene la capacidad pediátrica para poder dar respuesta a una crisis por falta de camas para niños, pero sí tiene la capacidad en atención de adulto. Entonces lo que se puede hacer es trasladar pacientes adultos al sector privado para que el sector público pueda disponer de esas camas y transformarlas en camas pediátricas. Eso podría hacerse a lo largo de todo Chile.

-¿Y por qué no se ha hecho eso?

-Yo no lo sé. Acá es muy importante que el rol de la Subsecretaría de Redes Asistenciales (Fernando Araos Dattoli) en el tema de las camas. La Subsecretaría de Salud Pública (Andrea Albagli Iruretagoyena) es responsable del proceso de vacunación. Ambas subsecretarías tienen una responsabilidad importante. La vacunación requiere una mirada más agresiva, más estratégica, con acciones más focalizadas. Y la Subsecretaría de Redes Asistenciales requiere una mirada mucho más de logística, de manejo y de estar en terreno y y ver cuáles son los mecanismos que se pueden usar. Todos los recursos que tiene el sector público y el sector privado, para poder dar respuesta a la urgencia que estamos viviendo hoy día.

-¿Tal vez hay alguna razón ideológica?

-Yo espero que no sea por un tema ideológico que no se estén aumentando las camas críticas del sector privado. Sé que han estado en contacto en los últimos días, pero se pudo prever. Sabemos que las regiones del sur son las que tienen mayor complejidad y es ahí donde hay que usar todos los recursos, la logística. Se hizo en la pandemia, por lo tanto yo creo que hoy día tenemos un aprendizaje, de momentos muy duros, y el personal de salud está preparado para enfrentar situaciones como esta.

-¿La Ministra de Salud está muy enfocada en el tema de las Isapres?

-Probablemente ella está enfocada en el tema de las isapres, pero las subsecretarías tienen que hacer el trabajo que les corresponde. El subsecretario de Redes es el responsable de la red asistencial y la Subsecretaria de Salud Pública es responsable de la prevención, la educación y de la campaña de vacunación.

-¿No se ha comunicado bien?

-Las personas no saben de qué se tienen que vacunar. Ha faltado comunicación. Yo creo que más que criticar, mi posición es poder aportar desde la información, desde lo que uno sabe, lo que uno ha vivido para poder tener una red y un sistema de salud que responda a las necesidades de la personas enfermas.

-¿Faltan vacunas?

-No, vacunas hay. El Ministerio de Salud compró vacunas, están disponibles para la población. Pero es necesaria una campaña más potente.

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