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"Hay una decisión que ya está establecida".
Con estas declaraciones, la ministra de Transportes, Gloria Hutt, descartó de manera categórica la posibilidad de reducir el precio del pasaje del Metro de Santiago. Esto en medio del debate por la última alza al valor del ticket en hora punta -que llegó a $830 pesos, el equivalente a 1,17 dólares o a un tercio de una Big Mac- y que ha generado una seguidilla de evasiones masivas en el sistema de transportes, convocadas por estudiantes secundarios a través de redes sociales, y que este jueves tuvieron su jornada más violenta, con una serie de destrozos en las estaciones y registros de Carabineros lanzando bombas lacrimógenas al interior de los andenes.
"Las tarifas tienen que ver con los costos del sistema. El Estado subsidia aproximadamente la mitad del costo y el Estado también construye la infraestructura y subsidia un equivalente en regiones. Una preocupación central es promover el uso del transporte público y por eso hay gran inversión para que más personas puedan usarlo. Cuando el Estado subsidia, asigna los recursos que son de todos y nadie tienen derecho a destruir lo que todos hemos construido", remarcó la titular de Transportes.
Pero más allá de los hechos de violencia -que han sido condenados de manera transversal- hay un debate que subyace todo esto: el monto que destinan los usuarios para movilizarse y lo que esto representa dentro de su presupuesto mensual.
Para hacer este análisis comparamos el valor del ticket del Metro de Santiago en hora punta con el de otras capitales o ciudades latinoamericanas y del primer mundo. Y sacamos un promedio mensual considerando un total de 50 viajes: 40 para ir y volver al trabajo durante los 20 días hábiles de un mes, sumado a otros 10 boletos de libre uso. Y siempre tomando el pasaje de mayor valor.
Aunque Chile no tiene el Metro más caro de Latinoamérica, Brasil -el país con el mayor costo por ticket unitario- posee un subsidio que se traduce en que el monto mensual que destina un trabajador asalariado para movilizarse a su empleo no puede superar el 6% de sus ingresos. En caso de que el monto sea mayor, la diferencia debe ser financiada por el empleador. Esto, sin embargo, solo considera los días y horarios laborales, y permite un transbordo (metro-bus, o viceversa).
Es por ello que -sin considerar este subsidio- en Brasil el monto mensual que destina una persona para movilizarse en el Metro de Sao Paulo utilizando un ticket que permite realizar transbordos es de $64.519, lo que equivale a un 35% de un sueldo mínimo. Si el boleto es solo metro, el valor disminuye a $36.868, lo que equivale al 20% del ingreso mínimo.
En Chile, el costo de realizar estos mismos 50 viajes es de $41.500 en hora punta, lo que equivale al 13,78% de un sueldo mínimo ($301.000).
Una cifra muy por sobre el Subte de Buenos Aires, Argentina, (5,71% del sueldo mínimo); el Metro de Lima (8,18% de un sueldo mínimo); o el de Ciudad de México (7,97%). En el caso de Colombia no se consideró el Transmilenio porque no cuenta con tren subterráneo. En reemplazo, se usó como referencia el Metro de Medellín, cuyo boleto más caro cuesta el equivalente a 500 pesos chilenos, lo que se traduce en un costo mensual equivalente al 12,64% de un sueldo mínimo en ese país.
Incluso, en términos proporcionales, el valor del pasaje del Metro chileno termina siendo "más caro" que el de Nueva York. Y es que si bien su valor neto es casi el doble del santiaguino, al compararlo con el sueldo mínimo de esa zona, solo representa un 7%.
Esto solo si se considera el valor del pasaje. Otra cifra clave es el tiempo que los usuarios permanecen a bordo del transporte público. En T13 publicamos en 2017 un cálculo revelador: los capitalinos permanecen, en promedio, 15 días al año a bordo del Transantiago.
¿Nos podemos comparar con otros países?
Este viernes la ministra de Transportes desestimó entrar en el debate respecto del costo del pasaje del Metro en comparación a otros países. Según explicó, "eso depende de la política que cada país tenga respecto de subsidiar. Y el nivel de subsidio que nosotros entregamos es comparable a una gran cantidad de países del mundo desarrollado".
"Cada país tiene sus estructuras de costos que son distintas, realmente es inadecuado comparar directamente. Son situaciones completamente diferentes", recalcó.
Consultado al respecto, el director del Centro de Innovación en Transporte y Logística de la UDP, Franco Basso, planteó a T13.cl que "por cierto que son comparables".
Tenemos que discutir si el precio se adecua a la realidad chilena y las cifras dicen que no
"Si bien no es directo llegar y comparar tarifas de metro, sí es posible comparar qué porcentaje de los ingresos de las familias corresponden a transporte público, y en ese análisis, Chile no aparece tan bien parado con respecto a los costos mensuales de transporte público", asegura.
El experto agrega que "si comparamos con ingresos medios que hay en Santiago, en particular, efectivamente somos una ciudad que tiene un transporte público caro y eso se nota, y hace que la gente le cueste llegar a fin de mes con los sueldos que se están pagando en Chile".
De hecho, Basso realizó una análisis similar al realizado por T13, pero tomando como punto de comparación el ingreso promedio de los países. En ese caso, una persona que gana 666 mil pesos (939 dólares) al mes destina el 6,2% de su presupuesto en movilización. Una cifra que es más del doble de lo destinado en Argentina, Estados Unidos o España, por solo nombrar algunos países.
Las causas del malestar y las posibles soluciones
Las jornadas masivas de evasión del Metro han sido temas de análisis al otro lado de la cordillera. Rafael Skiadaressis, economista argentino especializado en transportes ha entrado en el debate en redes con este gráfico, donde mostró la variación de los pasajes en algunos países sudamericanos y su correlación con el sueldo mínimo.
"El problema de la evasión tiene que ver con el poder adquisitivo de la gente. Por eso, en cualquier lugar del mundo cuando aumenta, la gente se queja. Pero cuánto se va a quejar y cuánto se va a expresar en la calle va a depender del contexto. Y en Chile el transporte es objetivamente más caro que en Buenos Aires", señala a este medio.
Sobre las manifestaciones Franco Basso plantea: "Yo espero que todos los expertos y sectores políticos condenen de manera tajante la violencia". Sin embargo, añade que "si hubiera que buscar responsables, habría que ir al Ministerio de Transportes. Son ellos los que no han hecho las licitaciones que han encarecido el valor de los pasajes".
En cuanto a las medidas para enfrentar la crisis, el académico plantea que "hace falta una gran discusión sobre qué entendemos por transporte público y cómo eso se traduce en la calidad de vida de las personas. Solo nos hemos concentrado en los actos vandálicos, que por cierto hay que condenar".
"Se requiere un cambo a ley de subsidios, para inyectar montos que permitan bajar las tarifas, y avanzar a las licitaciones para que haya competencia", enfatiza.
Junto con esto, propone modificar la regulación en torno a la fijación de precios en el sistema. "La Ley dice que panel no puede bajar la tarifa y eso a la gente no le hace ningún sentido y a mí tampoco".