Una de cada siete muertes en Chile son asociadas a la hipertensión. Se trata de cifras que cobran relevancia cada 17 de mayo, cuando se conmemora el día mundial de esta enfermedad.
Según los registros de la última Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, gestionada por el Minsal, 3 millones 600 mil personas en Chile desarrollan hipertensión. Sin embargo, la cifra de personas que no se tratan la enfermedad es mucho más preocupante ya que alcanza al 62,7% de los pacientes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ignorar la hipertensión tiene una serie de consecuencias a la salud, sobre todo al corazón y los vasos sanguíneos de órganos importantes como el cerebro y los riñones.
El presidente de la Sociedad Chilena de Nefrología, Eduardo Lorca, explica que no tratar la hipertensión puede conllevar la llegada de otras enfermedades de alto riesgo: “En nuestro país, una de cada siete muertes es atribuible directamente a la hipertensión, ya que es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de la Enfermedad Cardiovascular (ECV), principal causa de muerte en Chile”.
Lara -quien es nefrólogo de Integramédica- enfatiza la importancia de quienes padecen de hipertensión tengan una alimentación saludable, realicen actividad física, mantengan su peso, eviten el tabaco, consuman al menos cinco vasos de agua diarios, y disminuyan los niveles de estrés.
Hipertensión en menores de edad
Las cifras mundiales señalan que la prevalencia en el mundo de niños con hipertensión se encuentra entre el 3 y el 3,5%. Sin embargo los indicadores chilenos están por sobre este promedio. Hace 10 años los estudios internacionales afirmaban que el 1% de los menores tenía hipertensión. Sin embargo, las investigaciones más recientes apuntan que la cifra se ha elevado a un 4,0%.
El especialista explica que el principal factor de la hipertensión primaria es la obesidad, que afecta al 20% de los niños chilenos. A esto se suman otros factores claves como la herencia genética, las variaciones hormonales, el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios, como el excesivo consumo de sal y comida chatarra.
Lara señala que cuando la causa de la hipertensión es el sobrepeso, la mejor ruta para bajar la presión arterial es un cambio en el estilo de vida de los menores. Para esto es clave evitar metas imposibles que puedan desalentarlos. “Un elemento fundamental en los menores es que si bajan de peso, pueden normalizar la presión arterial sin tratamiento farmacológico”, explica Lorca.