En Chile se ha declarado una lista de 42 enfermedades no transmisibles que padece la sociedad. La hipertensión arterial encabeza esta lista –patología que se conmemora mundialmente el 14 de mayo-, considerando que 3 millones 600 mil personas desarrollan esta patología, según los registros de la última Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, gestionada por el Ministerio de Salud. El total corresponde –en promedio- a cerca de un 30% de la población.
Del total, un 28,7% de los casos se manifiestan en varones y un 25,3% en mujeres.
Pero además, urge un dato revelador: si se desglosa por nivel educacional, los registros revelan que un 51,1% de quienes desarrollan la hipertensión, tienen un nivel educacional considerado “bajo”.
La mayor prevalencia a esta enfermedad, se concentra desde los 44 años en adelante, afectando entonces mayormente a los adultos y personas de la tercera edad.
¿Qué es la hipertensión y por qué es peligrosa?
También conocida como tensión arterial alta, se trata de un trastorno en que los vasos sanguíneos presentan una tensión persistentemente elevada.
Ocurre que cuanto más alta es la tensión arterial, mayor es el riego de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones. Por esto, es fundamental que la población la prevenga y además responda anticipadamente a su tratamiento y no desarrolle avanzadamente la enfermedad.
La hipertensión en la mayoría de los casos, provoca también deficiencia renal, ceguera y deterioro cognitivo.
Los registros internacionales
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada tres adultos tiene la tensión arterial elevada. “Se considera que ese problema fue la causa directa de 7,5 millones de defunciones en 2004, lo que representa casi el 13% de la mortalidad mundial”, advierten los expertos internacionales.
Las estadísticas indican que en casi todos los países de ingresos altos, el diagnóstico y tratamiento generalizado de esas personas con medicamentos de bajo costo, ha propiciado una extraordinaria reducción de la tensión arterial rediciendo paralelamente la mortalidad por enfermedades del corazón.
Cinco consejos para evitar una presión alta y riesgosa
Considerando que un alto porcentaje de la población padece esta realidad, el director del Departamento de Calidad de Vida de la Mutual de Seguridad CChC, Christian Vuskovic, recomienda seguir cinco medidas de prevención, que deben sumarse a un control periódico de la presión arterial:
1. Disminuir el consumo de sal y alimentos con grasas saturadas: En principio, el consumo de sal debería de ser inferior a 4 gr/día. Respecto del límite el consumo de carne a unos 200 g, lo ideal es tres veces a la semana, evitando las carnes grasas y las ahumadas. También deben evitarse las enlatadas y los embutidos por la cantidad de sodio que contienen.
2. Realizar actividad física: Realice ejercicio físico ligero de forma continuada. Los más recomendables son la natación, o caminar a paso rápido media hora al menos tres veces a la semana.
3. Mantener un peso adecuado: Una pérdida de peso de 9,5 kg puede implicar una reducción de presión de 1 mm de Hg. En otras palabras, la pérdida de peso produce reducción de la tensión arterial en todas las personas.
4. Evitar el estrés: Trate de llevar un estilo de vida libre de estrés, disgustos y sobresaltos.
5. Evite fumar: El tabaco favorece las enfermedades cardiovasculares, los carcinomas de varis tipos, entre ellos el pulmonar, y la cardiopatía isquémica. Se ha detectado una mayor relación entre hipertensión y mortalidad cardiovascular en hipertensos que fuman que en los no fumadores.
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