El 10 de febrero de 2007 la forma de transportarse de los santiaguinos cambió radicalmente y para siempre. La implementación total del Transantiago y una nueva forma de pagar el pasaje significaron también para muchos un cambio sustancial en el estilo de vida; desde calcular más tiempo para trasladarse a los lugares de estudio o trabajo, hasta comenzar a usar el Metro, entre otras cosas.

¿Cuántas veces ha subido la tarifa?, ¿cuántos buses tiene el sistema?, ¿cuántas tarjetas Bip! se usan en promedio? Revisa a continuación algunas de las cifras que ha dejado el sistema de transporte público en sus 10 años de existencia.

Transantiago
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El efecto en el Metro

Uno de los cambios más radicales para algunas personas fue la necesidad de comenzar a utilizar el Metro de Santiago. El nuevo sistema contemplaba al tren subterráneo como eje central, por lo que absorbió a los pasajeros que no trasladaban los buses, llegando en febrero de ese año a su punto más alto de viajes hasta entonces realizado: 1.439.703, una cifra histórica.

De acuerdo a la memoria de la empresa de 2007, "la preferencia por este sistema de transporte implicó que, finalmente, más de un tercio de los viajes del transporte público de Santiago fueran asumidos por Metro. Asimismo, las estaciones de Metro absorbieron más del 75 % de las ventas y las cargas del nuevo sistema de pago integrado".

El documento agrega que "este aumento inmediato de la demanda generó algunas dificultades en el servicio, a pesar de las medidas que se adoptaron con antelación. A ciertas horas se llegó incluso a alcanzar una densidad de 6,4 pasajeros por metro cuadrado (el promedio en las horas de alta demanda antes del Transantiago había sido de 5,1)".

Debido a esto, la empresa implementó una serie de medidas, entre las cuales está una fuerte ofensiva comunicacional con los pasajeros (como una activa cuenta de Twitter-@metrodesantiago-, lanzada en 2009), nuevas normas de convivencia al interior de los vagones y las estaciones, sumando además el 100% de los trenes en horario punta, e implementando una nueva forma de dividir las tarifas: horario punta, valle y bajo.

El problema de la evasión

Uno de los principales problemas que ha tenido que enfrentar el sistema de transporte es la evasión. Cuando comenzó el sistema, y debido a las fallas que presentó en un inicio el sistema de cobro, se estableció gratuidad desde el día 10 hasta el 16 de febrero para los recorridos troncales y hasta el 19 para los buses con recorridos alimentadores. La gente subía sin pagar a la locomoción, y cuando se arregló el sistema una gran cantidad siguió haciéndolo.

Con el sistema anterior, los choferes cobraban el pasaje y se les pagaba por boleto cortado, en el nuevo sistema, el chofer sólo se preocupa de manejar, y no de que el usuario pague el pasaje, un cambio cultural que derivó en la evasión, que según cifras de Fiscalización del Ministerio de Transportes, alcanzó su punto más alto en el periodo abril-junio de 2016 con un 30,2%. En tanto, el periodo con menos evasión fue en junio de 2013 con un 19,2%.

Evasión Transantiago
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Para evitar esto, se aumentó la fiscalización a los usuarios y los puntos donde se realiza la revisión de las tarjetas Bip! De no cancelar el pasaje, se arriesga una multa de 1,5 UTM, es decir, $69.205 aproximandamente. De acuerdo a las cifras del Ministerio de Transportes, a agosto de 2016 había 41.800 usuarios infraccionados por no pagar el pasaje.

Además, en el Senado se encuentra en primer trámite constitucional el proyecto de ley que aumenta las sanciones a quienes evaden el pago del pasaje en el Transantiago, que entre otras cosas aumenta las multas y establece la evasión como "infracción grave el no pago de la tarifa correspondiente en el transporte público".

 

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