Recientemente, el geógrafo y académico de la UC, Marcelo Lagos, ha estado en el medio del debate ante una explicación que dio sobre la presunta relación entre terremotos y nevazones. Acá te explicamos el estudio que abrió la discusión.

En un episodio del programa Corresponsales de Radio 13c, animado por Ignacio Franzani y Marcelo Comparini, se le preguntó a Lagos sobre un estudio de científicos del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), que señala que puede existir una relación entre la frecuencia de los temblores y las precipitaciones en Japón.

“Los científicos lograron conectar cómo los cambios y el comportamiento del agua bajo tierra, el peso de la columna de nieve sobre el terreno y el estado de la marea, pueden influir”, dijo el geógrafo.

En este sentido, señaló que “no tenemos que estar preocupados cuando llueve o cuando nieva, pero sí hay que saber que son procesos que están conectados y que influyen. Los cambios en la presión pueden acelerar los procesos y hacer que el terremoto ocurra antes de lo previsto”.

Marcelo Lagos aseguró que “los procesos internos de la Tierra están alineados y pueden estar influenciadas por el agua”, ejemplificando con que “probablemente si al Embalse El Yeso le sacó toda el agua, se va a activar alguna sismicidad, porque el cambio del volumen va a afectar”. 

Por último, mencionó que “el hecho de que sean en menor magnitud, no significa que no sean peligrosos. Son subestimados y generalmente ocurren bajo asentamientos humanos”.

El estudio al que hace referencia Marcelo Lagos

El pasado 8 de mayo de 2024 la revista Science publicó el estudio “Desentrañando los factores ambientales y tectónicos del enjambre sísmico de Noto (Japón)". En este, un grupo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) explicaron su análisis sobre la relación entre los enjambres sísmicos de una península japonesa con factores externos a las capas tectónicas, especialmente aquellos asociados a precipitaciones como lluvias o nevazones.

“Desde finales de 2020, un enjambre de terremotos de la corteza terrestre en la región noreste de la península de Noto (Japón), lejos de los límites de las placas subductoras del Pacífico y de Filipinas, ha sido responsable de cientos de terremotos diarios. A diferencia de los terremotos interplaca típicos de las zonas de subducción, los terremotos de la corteza terrestre de las islas japonesas tienen lugar predominantemente a profundidades relativamente bajas”, enuncia la investigación.

Además, apuntan que “las localizaciones de los terremotos muestran que el enjambre de terremotos de Noto comenzó a una profundidad de unos 15 km, mayor que la de los terremotos típicos de la corteza terrestre, y desde entonces ha migrado lentamente hacia la superficie en dirección noreste. Este patrón espacio-temporal distinto sugiere que, más que interacciones de tensiones entre terremotos, hay una fuerza subyacente que está llevando a los terremotos del enjambre a la falla".

Durante el análisis, los investigadores midieron los cambios de la velocidad sísmica de la península de Noto en un periodo de más de diez años para así identificar si dichos cambios entre los terremotos tenían coherencia con las observaciones geodésicas locales (porosidad, precipitaciones, presión atmosférica, etc).

“Utilizamos un modelo hidromecánico tridimensional para cuantificar las variaciones del exceso de presión de poros provocadas por el medio ambiente. (...) La disminución de la velocidad sísmica se alinea con el levantamiento vertical de la superficie, lo que sugiere una posible migración de fluidos desde una zona de alta presión de poros en profundidad. Los cambios de tensión inducidos por nevadas anormalmente intensas contribuyen a iniciar el enjambre mediante perturbaciones posteriores de la presión de poros de la corteza”, sostuvieron en su reporte, el que fue explicado por Marcelo Lagos en Corresponsales.

En esta línea, el estudio dice que “nuestros resultados de modelización reproducen las variaciones estacionales observadas en las velocidades sísmicas, lo que indica que los cambios de velocidad sísmica están fuertemente influidos por los cambios en la caída local de nieve y lluvia, la presión atmosférica y los cambios en el nivel del mar”. 

“La disminución de la velocidad sísmica en profundidad comienza coincidiendo con el inicio del enjambre de terremotos y continúa hasta que el número diario de terremotos tiende a estabilizarse. Atribuimos esta disminución de la velocidad al probable ascenso de fluidos en profundidad desde la zona de alta presión de poros hasta la región fuente de terremotos suprayacente, donde el enjambre se desencadena entonces por los cambios en el exceso de presión de poros causados por la intensa caída de nieve estacional", concluyen.

Es necesario mencionar que el estudio, al que hizo referencia Marcelo Lagos, se realizó en un área específica de Japón, por lo tanto, las conclusiones no podrían aplicarse a otras regiones del planeta, ya que los factores (como la porosidad de la tierra, cercanía con las capas tectónicas, tipo y frecuencia de las precipitaciones) no serían los mismos. 

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