En medio de un panorama gris que no abandona el cielo de la Región Metropolitana, los expertos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile analizaron el estado de la contaminación atmosférica en la zona y la efectividad que han tenido las medidas públicas, tomadas para paliar la situación desde el gobierno.

Para los especialistas, en principio, es fundamental aumentar las medidas restrictivas en transporte hacia Santiago Centro. Advierten además, que se debe restringir el consumo de leña entre abril y agosto.

Los profesionales aseguran también que en julio presenciaremos las segundas precipitaciones del año en la capital, “gracias a las condiciones otorgadas por el fenómeno de El Niño, las que facilitarán la circulación del aire”, agregan.

La alta emisión de contaminantes, sumada a la ausencia de precipitaciones ha llevado a las autoridades a decretar una Alerta y 12 Preemergencias ambientales en la cuenca.

En este contexto, el gobierno modificó la medición del Material Particulado (MP) de 10 (grueso) a 2,5 (fino), lo que significó un cálculo más exacto de la partícula de contaminación más fina y que es más perjudicial para la salud de las personas: “Estos contaminantes siempre han existido, pero ahora se ampliaron los umbrales de medición del material particulado 2,5. Que existan más alertas no significa que este año la emisión de gases esté siendo peor o aumentando”, considera Rainer Schmitz, Investigador Asociado del Área Ciencias Meteorológicas de la FCFM.

Schmitz fue enfático en manifestar que los altos niveles de material particulado alcanzan su punto máximo en la noche: “el calentamiento de la superficie durante el día produce turbulencias que provocan que la capa donde se mezclan los contaminantes suba. Con el frío se pone más estable la atmósfera y la mezcla del aire se reduce, lo que genera concentraciones más altas de polución”, explica.

Restricciones permanentes para el invierno

Por otra parte, los expertos exponen que las disposiciones incorporadas por la autoridad local han contribuido a disminuir la emisión de gases: “Ahora en el global de Santiago la medida que más aporta es la restricción vehicular, por ejemplo, con un 15% menos de flujo vehicular en la ciudad y eso sin duda es una disminución importante en las emisiones de la atmósfera”, recalca Alejandro Tirachini, profesor de Ingeniería en Transportes de la FCFM.

No obstante, Tirachini agrega que las restricciones se pueden mejorar: “En el mediano plazo, una restricción vehicular de forma más permanente no es buena política pues incentiva la compra de un segundo automóvil -más contaminante- en muchos hogares, como ha sido observado en otras ciudades del mundo”, asegura

En este mismo sentido, Rainer Schmitz, considera que es posible disminuir la contaminación si se establecen medidas restrictivas para todo el invierno: “Sería un aporte la limitación de camiones y automóviles al centro de Santiago”, agrega.

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