En un segundo informe del Monitoreo Nacional de Síntomas y Prácticas COVID-19 en Chile realizado por la Universidad de Chile junto al Colegio Médico, se solicitó ampliar la definición de casos sospechosos de COVID-19 a una que tenga un menor riesgo de clasificar como sanos a personas que están cursando la enfermedad.
El documento plantea un concepto de caso sospechoso COVID-19 que incluya a quienes tengan dos síntomas combinados, ya sea tos, diarrea, odinofalgia y cefalea; a pacientes con fiebre sobre 37,8 grados sin otra causa; a las personas que manifiesten pérdida o disminución del olfato (anosmia) aguda y a los contactos estrechos de contagiados confirmados con PCR.
De esta manera, se espera que se notifique, aísle y emita una licencia médica a quienes cumplan con estos parámetros, sin necesidad de esperar una confirmación mediante PCR, con el fin de interrumpir la cadena de contagios de forma más rápida y de permitir iniciar la trazabilidad de sus contactos más eficientemente.
El doctor Cristóbal Cuadrado, secretario técnico del Departamento de Políticas de Salud y Estudios del Colmed y uno de los investigadores del estudio, explicó que "existen algunos desafíos para poder detectar de manera precoz a las personas que tiene síntomas compatibles con un caso sospechoso de COVID-19".
Y agregó: "Uno de los principales desafíos que estamos enfrentando es que las personas son identificadas muy tardíamente, pudiendo pasar 8 o 9 días desde el inicio de síntomas hasta que las personas son confirmadas. Resulta clave identificar tempranamente".
El también académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, detalló que "analizamos las definiciones de caso sospechoso, con sus pros y sus contras, y una de las principales debilidades es que hay un porcentaje importante de casos que podrían estar cursando la enfermedad, que la definición actualmente implementada por la autoridad sanitaria no es capaz de detectar".
Es por eso que afirmó que presentaron “un análisis que orienta hacia una definición alternativa que incrementa la probabilidad de identificar a las personas potencialmente contagiadas".
Otra de las recomendaciones relevantes es que la licencia médica para contactos estrechos de los casos sea realizada por médicos y no por la Seremi de salud para acotar el tiempo de transmisión y, además, clarificar el mensaje sobre los indicadores de sospecha para la consulta precoz de la población.
El el informe del Monitoreo Nacional de Síntomas y Prácticas COVID-19 en Chile (Movid-19), realizó una prueba de sensibilidad y especificidad de las tres últimas definiciones de caso sospechoso, es decir, la capacidad de detectar casos confirmados (PCR+) a partir de sus síntomas. En base a los resultados, se realizó un modelo de mayor capacidad predictiva, considerando la edad, sexo y un conjunto de 9 síntomas asociados al coronavirus.
De acuerdo con los resultados, los principales síntomas entre casos confirmados son el dolor de cabeza(55,5%), la tos (45,8%), los dolores musculares (43%), la perdida o disminución del olfato (39,1%) y el dolor de garganta (37,9%) . Otro dato relevante es que el 49,4% de las personas diagnosticadas como COVID-19 tienen un antecedente conocido de contacto estrecho con una persona COVID-19 confirmado.