El pasado sábado 27 de mayo se leyó la sentencia por el “Caso Melissa”, la niña de 12 años que fue asesinada en su casa y cuyo crimen su madre intento ocultar mediante un incendio en Coquimbo. La progenitora recibió un total de 33 años de cárcel y su padrastro 10 años de prisión.
El Tribunal de Juicio Oral de La Serena, en un fallo unánime, condenó a Mirta Luisa Ardines Pastén a las penas de cumplimiento efectivo de 18 y 15 años de presidio, en calidad de autora de los delitos consumados de parricidio e incendio, respectivamente.
Además, se leyó la sentencia de la pareja de Mirta y padrastro de la menor, Luis Alejandro Santander Espinoza, quien fue condenado a 10 años y un día de cárcel por el delito consumado y reiterado de abuso sexual, Hechos que perpetró en 2014 y 2020.
El Tribunal de La Serena logró acreditar que los abusos que sufrió Melissa comenzaron en 2014 cuando Santander Espinosa vivía en un domicilio en la parte alta de Coquimbo junto a la madre de la menor.
Luego en 2020, los acusados retomaron su relación y ahora vivían juntos junto con su hijo en común en una vivienda. En ese período, Melissa volvió a sufrir abusos sexuales por parte de Luis Alejandro.
El día del crimen
El Tribunal de Juicio Oral de La Serena detalló durante la instancia que el 26 de noviembre de 2020, Mirta Ardiles Pastén agredió a su hija con un cuchillo mientras estaba acostada en la parte superior de su camarote.
La mujer le provocó múltiple lesiones que causaron el deceso de la adolescente. Luego, Mirta prendió fuego en el colchón inferior, generando un incendio en la habitación.