"Reitero mi más absoluta y completa inocencia frente a los cargos que se me hicieron en su momento, que tal como señalé en reiteradas ocasiones, dichos cargos, tenían un origen más bien político que legal".

Así reaccionó este martes el empresario chileno de 76 años, Carlos Cardoen, luego de que el Departamento de Justicia de Estados Unididos pidiera a Chile su detención y posterior extradición en medio de una investigación por exportación ilegal de circonio, un material utilizado para la fabricación de bombas racimo que llegó a manos de Irak en los años 90.

Cardoen se defiende de solicitud de extradicción de EEUU

La declaración de Cardoen plantea que "me sorprende que después de más de 30 años de ocurridos los hechos y más de 26 desde la acusación y alerta roja en Interpol, decidan finalmente las autoridades estadounidenses solicitar aquello que debieron haber hecho en 1994".

"Sin perjuicio de otras consideraciones, recibo con tranquilidad esta oportunidad de hacer valer mis derechos y mis defensas en mi país, con plena confianza en nuestras autoridades judiciales", agrega. 

En el comunicado el empresario radicado en Santa Cruz (región de O'Higgins) agradece "el apoyo del Estado de Chile" por medio de la Cancillería, la oficina de Interpol y el Senado, que según el texto "ratifica la vulneración de los DDHH que me afecta tras 26 años sin garantía de un debido proceso".

"Espero que se cierre este largo proceso kafkiano del cual he sido objeto", termina.

Actualmente Cardoen posee empresas en distintos rubros con firmas como Almacruz, con una viña, hoteles y museos; Enor (soluciones energéticas); New Tech Agro (agrícola); New Tech Copper (minería); MetRan (metalurgia).

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