27 países, 47 buques de guerra, cinco submarinos, 18 fuerzas terrestres, más de 200 aviones, unas 25.000 personas?

Armadas de los cinco continentes surcarán los océanos del mundo desde inicios de este mes para cruzarse el próximo 27 de junio en un punto en el Pacífico.

Dirigirán sus proas hacia Hawái y las costas del sur de California, en cuyas cercanías tendrá lugar hasta el 2 de agosto el RIMPAC, el ejercicio de guerra naval más grande del mundo.

Como sucede desde hace más de una década, fuerzas navales de Chile, Colombia, México y Perú participarán en el evento al que este año se sumará Brasil.

Pero esta no será la única novedad.

"Por primera vez una armada latinoamericana, entre todas las que participan, va a conducir el componente marítimo de las Fuerzas Coordinadas. Y esa es nuestra armada chilena, que fue, además, la primera de toda la región que participó en estos ejercicios", le explica a BBC Mundo el comodoro Pablo Niemann, que dirigirá las acciones de su país durante el RIMPAC.

Desde el comando de la Tercera Flota de Estados Unidos, que organiza este año esas maniobras bienales junto a la Sexta Flota, la comandante Julie Holland le dice a BBC Mundo que los ejercicios pretenden fomentar y mantener relaciones de cooperación para garantizar la seguridad de las rutas marítimas y de los océanos del mundo.

En total, una veintena de armadas del mundo se dirigen hacia el Pacífico. Para los expertos militares, el tipo de maniobras que realicen dará claves sobre conflictos potenciales.

"Lo que suceda durante los ejercicios puede pasar a formar parte después de las misiones que podrían ser asignadas a nuestras armadas y guardacostas. Por lo tanto, reflejan cómo leer la situación internacional", le explica a BBC Mundo James R. Holmes, experto en estrategia marítima en el Colegio Naval de Estados Unidos.

Pero, ¿en qué consiste RIMPAC y qué claves puede ofrecer su realización este año sobre la política mundial?

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"Unidos contra la URSS"

Creados en 1971, estos ejercicios navales surgieron con el objetivo de contener la expansión soviética hacia el Pacífico, según le cuenta a BBC Mundo Christopher Yung, profesor de la Universidad del Cuerpo de Marines.

En un inicio, solo fueron convocados a las costas de Hawái Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Reino Unido, aliados tradicionales de EE.UU.

Pero, con los años y ya sin la "amenaza" de la bandera roja de la Unión Soviética, el RIMPAC se transformó. Más naciones se sumaron y sus tareas y misiones también se extendieron hacia nuevos objetivos.

"El RIMPAC y los ejercicios que tienen lugar actualmente han evolucionado desde la Guerra Fría a un número significativo de funciones, de ahí la mayor cantidad de países que son invitados", explica Yung.

"Ahora tampoco están dirigidos contra una nación en específico, por lo que se han sumado también un gran número de misiones que están orientadas a un amplio abanico de situaciones de seguridad", añade.

De acuerdo con Holland, durante los ejercicios, las fuerzas navales realizan desde operaciones de seguridad y socorro en casos de desastre, hasta tareas de control marítimo y simulaciones complejas de combates.

"El programa de entrenamiento incluye operaciones anfibias, artillería, lanzamiento de misiles, ejercicios antisubmarinos y de defensa antiaérea. También operaciones contra la piratería, de remoción de minas, eliminación de artefactos explosivos y operaciones de buceo y rescate", señala.

Esto, de acuerdo con el profesor de la Universidad del Cuerpo de Marines, ha hecho más compleja la estructura y la organización del evento.

"Son prácticas en la que participan a veces más de 40 buques de superficie. Con ejercicios así, es extremadamente difícil el control, porque necesitas coordinar y asignar tareas a un gran número de contingentes navales de muy diferentes países", comenta.

Pero, ¿son necesarios estos despliegues militares si ya no existe la Unión Soviética y no ocurre una gran batalla naval desde la Segunda Guerra Mundial?

Los nuevos peligros de los mares

El profesor Holmes, desde el Colegio Naval de Estados Unidos, señala que la importancia de estos ejercicios se sostiene en el hecho de que actualmente las armadas hacen mucho más que combatir potencias rivales.

"Apoyan campañas regionales como las de Siria, Irak y Afganistán. Pero también realizan una gran cantidad de tareas policiales en tiempo de paz, como combatir la piratería en el Golfo de Adén o el Golfo de Guinea, detener a traficantes de armas o de personas y combatir la proliferación de armas no convencionales", comenta.

El comandante Antonio Vildoro, quien liderará el contingente peruano en el RIMPAC, le asegura a BBC Mundo que el ejercicio es también una oportunidad única de capacitación y una forma de establecer alianzas.

"Es un momento para interactuar con otras armadas, de incrementar las medidas de confianza y de camaradería con otras fuerzas navales con las que solo mantenemos relaciones a través de este tipo de ejercicios", sostiene.

Pero de acuerdo con Holmes, existen otras razones de corte militar que también justifican la realización de las maniobras.

"Las formas de RIMPAC cambiaron después de la Guerra Fría, cuando el ejército soviético dejó de moverse sobre las olas. Podríamos permitirnos practicar misiones menos exigentes. Pero ahora que la competencia entre las grandes potencias está de regreso, estos ejercicios también puede ayudarnos a prepararnos para ello", considera.

Yung, por su parte, sostiene que los RIMPAC se convirtieron también en un gran ejercicio multinacional de relaciones públicas y diplomáticas.

Por eso, quién recibe la invitación de la Sexta Flota para participar -o no- también conlleva un mensaje político.

China, fuera

Uno de los puntos más controversiales del RIMPAC de 2018 se dio poco más de un mes antes del inicio del evento, cuando a finales de mayo Estados Unidos canceló la invitación de China a participar en el ejercicio, en el que sí había estado en 2014 y 2016.

De acuerdo con el profesor Yung, la decisión se tomó tras las recientes operaciones militares del gobierno de Pekín en una zona del Pacífico cuya soberanía y control es motivo de disputa.

Desde entonces, las armadas de China y Estados Unidos han realizado despliegues militares y operaciones que han tensado las relaciones entre los dos países.

Por eso, la cancelación a última hora de la invitación, según Holmes, es "una señal diplomática del malestar (de EE.UU.) con la conducta de China en el mar de China Meridional".

Pero en opinión del experto, las implicaciones de este movimiento no quedan ahí.

"También indica que, más o menos, Washington ha renunciado a que Pekín se convierta en un 'actor responsable'en el orden internacional basado en reglas que rigen desde la Segunda Guerra Mundial", considera.

"Nos hemos resignado a la competencia estratégica a largo plazo con China. Entonces tiene poco sentido prepararse para combatir ataque chino e invitar al ejército de ese país a participar en los preparativos para su agresión. No tiene sentido invitar al zorro al gallinero, por así decirlo", sostiene.

En este contexto, el académico cree que los ejercicios que se realicen en las próximas semanas pueden dar cuenta de las principales preocupaciones geopolíticas de la armada estadounidense.

"Se espera que el ejército de EE.UU. pruebe un misil de ataque naval noruego con capacidad antibuque durante RIMPAC de este año y demuestre que puede jugar un papel contra la marina de China si es necesario", sostiene.

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