El principal sospechoso por la colocación de un artefacto explosivo en las oficinas de Quiñenco en 2019, Francisco Solar, confesó haber cometido el crimen.
De acuerdo a lo informado por La Tercera, durante las últimas semanas Solar dio cuenta de los detalles sobre la bomba que fue enviada a la oficina del ex ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, la cual no alcanzó a ser detonada gracias al accionar del Gope de Carabineros.
Solar indicó a los persecutores de la Fiscalía que "pensé en realizar una acción como respuesta, como venganza contra personas ligadas a la represión y al poder empresarial, ambas características las cumplía a cabalidad Rodrigo Hinzpeter, que en el año 2019 era gerente del grupo Quiñenco, cuyo presidente es Andrónico Luksic”, controlador de Canal 13.
"Hinzpeter había sido Ministro del Interior del primer gobierno de Piñera, dejando una estela de represión que será difícil de dejar de recordar. Reprimió duramente las movilizaciones sociales y estudiantiles, intentando levantar una ley marcada por prohibiciones de todo tipo, conocido como La Ley Hinzpeter", añadió.
En esa misma línea, detalló que “fui a ver al edificio Itaú a ver su flujo de gente, la gente que entraba, que salía; intenté ingresar al piso 14, donde estaban las oficinas del Grupo Quiñenco y no pude por los férreos controles existentes en la entrada (…) por lo que pensé que lo mejor sería enviar una encomienda explosiva dirigida a la oficina de Rodrigo Hinzpeter, para asegurarme que él fuera quien abriera el paquete”.
Finalmente, sostuvo que “los ataques indiscriminados nunca han sido parte de la práctica anarquista, nuestros objetivos son claramente definidos y apuntan a los responsables de la opresión y la represión. Como mi intención era realizar una acción de envergadura (…) decidí utilizar dinamita”.
Condenado en España
Tanto Solar como su pareja, Mónica Caballero, ya habían tenido vinculación con casos de características similares.
En 2011 fueron inculpados como autores del Caso Bombas I, en el que finalmente fueron absueltos debido a que no se pudo probar su culpabilidad.
No obstante aquello, en 2013 fueron condenados en España por la colocación de artefactos explosivos en la Basílica Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza.