La astrónoma chilena, Laura Pérez, acaba de recibir el “Oscar de la Ciencia” por su investigación sobre la formación planetaria.
La científica de la Universidad de Chile e investigadora del Centro de Astrofísica CATA fue reconocida en la categoría “2024 New Horizons Prize in Physics”, convirtiéndose en la primera persona de nuestro país en obtener este reconocimiento entregado por la “Breakthrough Prize Foundation”.
El destacado galardón será compartido por cuatro astrónomos: Paola Pinilla (University College London, Inglaterra); Tilman Birnstiel (Ludwig Maximilian University of Munich, Alemania); Nienke van der Marel (Leiden University, Holanda) y Laura Pérez (Universidad de Chile, Chile).
“Somos cuatro personas dedicadas a entender la formación planetaria con estudios teóricos y observacionales, usando instrumentos de vanguardia como el telescopio ALMA”, asevera la también académica del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
En términos monetarios, el premio consiste en $100.000 dólares (Cerca de 89 millones de pesos chilenos), el cual será repartido entre los premiados.
“Me parece muy relevante que se reconozca la investigación hecha desde nuestro país en el campo de la astrofísica. Gracias a la política de acceso a observaciones astronómicas para los telescopios instalados en nuestro país, que reserva 10% del tiempo a investigaciones lideradas por aquellos que trabajamos en instituciones nacionales, es que hemos podido contribuir en el campo de la formación planetaria”, afirma Pérez.
“Dust Traps”
La astrónoma recibió este premio por su indagación relativa a la predicción, descubrimiento y modelamiento de “dust traps”, resolviendo un problema de años en el área de formación de planetas.
“Pienso que entre los cuatro premiados nos complementamos bien, pues algunos somos astrónomos observacionales y otros más bien teóricos. En particular, mi contribución ha sido sobre recoger, entender, e interpretar observaciones astronómicas de discos protoplanetarios, las que muestran la existencia de regiones donde el polvo es acumulado y atrapado, que llamamos ‘dust traps’. Es aquí donde el material sólido se concentra y permite la formación planetaria, si no existieran, este material terminaría siendo absorbido por la estrella en un fenómeno llamado deslizamiento radial”.
Añade: “Me siento muy honrada, contenta, y muy agradecida de que se reconozca el impacto de nuestro trabajo, sobre todo del que hemos realizado y continuamos realizando desde la Universidad de Chile. Estamos haciendo varios proyectos distintos: tratando de encontrar planetas en formación usando los observatorios en el norte del país y ojalá prontamente el telescopio espacial JWST, también investigando cómo evolucionan los discos protoplanetarios con un programa que utiliza más de 100 horas en el telescopio ALMA. Más a largo plazo, estudiaremos cuál es realmente la masa en material sólido de los discos, usando observaciones complementarias en ALMA y VLA (Very Large Array), y me gustaría a futuro usar los nuevos instrumentos y telescopios en el norte para expandir este tipo de investigaciones”.