Este 30 de enero se conmemora una de las peores tragedias en la historia naval de Chile en tiempos de paz: El naufragio del barco "Vapor Cazador", en Punta Carranza, cerca de Constitución.
Según cuenta la historia, "el vapor" era una nave construida en Francia que en 1851 fue adquirida por el gobierno chileno, siendo así la primera nave a vapor que cumplió servicios en la Armada y que fue utilizada en trabajos hidrográficos.
El 26 de enero de 1856, la embarcación llegó a Talcahuano con el fin de trasladar una unidad militar del Ejército junto con sus familias a una nueva plaza de Valparaíso. En total se estimó que transportó a 501 personas.
Según la bitácora de la nave, no hubo contratiempo ni dificultad en el comienzo del viaje. Sin embargo, luego de casi 20 horas navegando, se produjo un violento choque contra un roquerío que no había sido avistado, produciéndose un encallamiento en Punta Carranza, cerca de Constitución.
Bastaron solo minutos para que luego del impacto se comenzara a romper la proa de la nave. Ante esta situación, el capitán a cargo, Ramón Cabieses, ordenó ejecutar reversa a toda máquina, causando la rotura de la popa.
El estado del barco causó un hundimiento inmediato. Lograron bajarse cuatro botes salvavidas con capacidad para más de 50 personas cada uno, sin embargo, dos de ellos chocaron con las rocas. Los otros dos lograron llegar a tierra, pero con solo 23 pasajeros en total, entre ellos el capitán de la nave.
De las 501 personas, solo quedaron con vida una mujer y 42 marineros, pudiendo inferir, que el accidente costó la vida de 458 personas, según detalla la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, del Ministerio de Defensa Nacional.
Los días posteriores al naufragio, el mar arrojó sobre la costa de Constitución los cadáveres de los viajeros. Según algunos libros de historia que conmemoraron la tragedia, "lo más terrible para los lugareños es que aparecían cadáveres de mujeres sosteniendo a sus hijos y de gente abrazada entre sí".
La opinión pública de ese entonces condenó los actos realizados por el capitán Cabieses, sin embargo, fue absuelto de toda responsabilidad.
Luego de otro naufragio en el mismo lugar en 1892, se decidió construír el Faro Cabo Carranza, que desde 1895 aún está en servicio.