El sacerdote jesuita Felipe Berríos aseguró no haber cometido los “actos de significación sexual” de los que se le acusa, y por los que la Compañía de Jesús presentó este jueves su Investigación Previa Canónica, que determinó la “verosimilitud” de las denuncias.
“En este tiempo he podido conocer en detalle las cuatro denuncias y los tres relatos que finalmente se presentaron ante la investigadora canónica, ninguna de las cuales ha sido llevada a la justicia. Son las únicas acusaciones que he recibido en 45 años como jesuita y luego de trabajar con más de 15 mil jóvenes en colegios y otros tantos en diferentes organizaciones sociales”, dijo el sacerdote Berríos en una declaración pública.
“Salvo una, desconozco las historias de vida de las denunciantes. Pero tras conocer sus relatos, puedo afirmar que no he cometido los actos de significación sexual que ellas describen. De hecho, la sola expresión ‘actos de significación sexual’ es muy compleja, pues la gente se imagina relaciones sexuales no consentidas y horrores de ese tipo. Acá no hay nada de eso. La opinión pública debe saber que de lo que se me acusa es de conductas impropias, como lenguaje inapropiado, hablar de temas que supuestamente no corresponderían a un sacerdote y en algunos casos de abrazos y supuestas tocaciones de muslos y glúteos”, añadió.
En su declaración pública, Berríos asegura que "nunca me he aprovechado de mi posición de sacerdote. Al contrario, siempre he tratado de ser muy horizontal y he luchado contra las formas jerárquicas de la Iglesia, como que me traten de 'padre' o usar vestimentas opulentas. Todo eso, justamente, para evitar posiciones dominantes".
La investigación liderada por la abogada María Elena Santibáñez, que se inició tras la denuncia de una mujer adulta en contra de Berríos, contó con la participación de 40 testigos.
“La instructora ha determinado la verosimilitud de actos de significación sexual de distinta relevancia que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes. Estos hechos se refieren a tocaciones y diversos traspasos de límites en el ejercicio del sacerdocio, entre los años 1993 y 2009”, informó un comunicado de la compañía.
“Por otra parte, la instructora llegó a la conclusión, en esta etapa del proceso, que un hecho que habría afectado a una menor de edad de 7 u 8 años, resultó ser no verosímil, de acuerdo a los antecedentes recabados”, agregó.
A principios de mayo del 2022 la Compañía de Jesús inició la investigación en contra de Berríos por supuestos “hechos de connotación sexual” que denunció una mujer de 32 años, los que habrían ocurrido cuando ella tenía 14.
“Se ha conocido el comunicado de la Compañía de Jesús, que lamentablemente no diferencia entre las cuatro denunciantes y los tres relatos de otras personas y que no explica la diferencia entre que un hecho sea verosímil y que este realmente haya ocurrido. Tampoco aclara que un número importante de los 40 testigos que menciona concurrieron para dar testimonio de no haber observado nunca conductas impropias de mi parte”, protestó Berríos en su declaración.
Los Jesuitas confirmaron este jueves, que el fundador de Techo, que está suspendido de sus funciones del ejercicio público del ministerio sacerdotal desde mayo, seguirá en esta condición.