Este sábado 5 de septiembre parte de Chile deberá modificar su hora, para así llegar al horario de verano, y a las 00 hora deberá adelantar en 60 minutos la manecilla del reloj.

La medida se aplicará en medio de la pandemia del coronavirus, que ha traído como consecuencia –producto del confinamiento- un deterioro de la calidad del sueño en las personas, de acuerdo a lo revelado recientemente por un estudio belga.

Desde la neurociencia, John Ewer, investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso y especialista en relojes biológicos, explica que en estos momentos “la calidad del sueño debe ser mala, porque con el encierro estamos expuestos a menos luz natural y además a la luz de pantallas (o dispositivos tecnológicos) hasta tarde.

Con eso nuestro reloj biológico se atrasa y la hormona del sueño está inhibida hasta más tarde.

Por eso es que en el último tiempo nos dormimos más tarde. Aún si dormimos más horas, algunas de ellas son en horarios en que normalmente deberíamos estar despiertos, así que la calidad del sueño es de menor calidad.

Considerando esto, terminamos menos descansados. Además, la ansiedad también tiene un rol importante en el descanso y dormir. Preocupaciones que se dan por contagiarse, por contagiar o que se contagie un ser querido, por trabajar en casa con hijos que requieren atención, por no poder salir, etcétera.

El doctor Ewer agrega que “el cambio de horario nos hará despertarnos naturalmente más tarde y si hay horarios que cumplir, entonces tendremos un déficit de sueño mayor al que ya tenemos”.

El investigador también advierte que el cuerpo no se acostumbra nunca a este cambio de hora; lo que sucede es que “a medida que pasa el tiempo nos acercamos al verano y, por lo tanto, el sol se va levantando cada día un poco más temprano”.

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