Luego de conocerse la encuesta CEP, en la que el 51% de los chilenos consideró la Salud como uno de los temas que debieran ser prioritarios para el gobierno y tras la muerte de dos pacientes en el Hospital de Melipilla, recinto que no cuenta con subdirección de enfermería, una revisión a los servicios que se presentan en el área, reveló un escenario negativo y opuesto al que proponen los expertos internacionales.

En efecto, según cifras de la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) un 75% de las acciones que se realizan en los centros asistenciales a nivel mundial corresponde a los servicios derivados de la enfermería. Una declaración de la misma entidad internacional sostiene incluso, que "para ampliar y mejorar los servicios sanitarios de un país, es indispensable contar con un personal de enfermería más numeroso y más competente, apto, en suma, para desempeñar una variedad de servicios variables”.

Se debe considerar que en esta materia, las cifras en Chile son negativas: Hasta 2013, de las 40 Universidades que cuentan con escuelas o facultades de Enfermería, (las cuales representan un 67,8% del total de estos centros educacionales del país, que suman 59), sólo 15 –o sea, un 38%- han sido acreditadas por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) del Ministerio de Educación (Mineduc).

Otras cuatro escuelas, además, se encuentran en proceso de acreditación, en tanto que en dos de ellas habría expirado tal condición.

“Esto refleja una realidad más grave aún, cuando consideramos que la carrera de Enfermería, a diferencia de Medicina y Educación, no tiene la obligación de ser acreditada, siendo que se trata de futuros profesionales que si no ejercen bien su trabajo, ello puede costarle la vida a un paciente”, manifestó a T13.CL, la presidenta del Colegio de Enfermeras de Chile, Paola Pontoni.

La polémica se acrecienta con otro dato que preocupa a las representantes del gremio: ninguna especialidad que se imparte para estos profesionales de la salud, ha sido acreditada en el país. Ni enfermería oncológica, ni en diálisis, ni en neonatal, ni en paciente crítico de adultos o pediátrico, ni en cardiología, se cuenta con certificación.

Para la OMS, “la enfermería abarca la atención autónoma y en colaboración dispensada a personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o no, y en todas circunstancias. Comprende la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la atención dispensada a enfermos, discapacitados y personas en situación terminal”.

DÉFICIT, BAJOS SUELDOS Y LARGOS TURNOS

Según la última encuesta OCDE, en el caso de las enfermeras, el país avanza 8 puestos en el ranking de sus países miembros, pasando de una tasa de 0,5 enfermeras por cada mil habitantes a 4,2.

Pero, cuando se analiza el panorama en materia práctica, la realidad chilena no avanza: “Considerando las profesionales inscritas en la Superintendencia de Salud, Chile cuenta con 1,7 enfermeras por cada mil chilenos, mientras que el estándar ideal propone Canadá (país referencial para el nuestro), es de 9,5 por cada mil”, revelan los registros del Colegio de Enfermeras.

En total, serían 32 mil los profesionales inscritos en la entidad fiscalizadora, capacitadas para trabajar en el público y privado.

Este dato es fundamental: en Chile, sólo los profesionales registrados en la Superintendencia pueden atender patologías Auge y contar con profesionales inscritos, permite que un centro asistencial pueda acreditarse como tal.

“De los 32 mil especialistas enfermeros(as), 22 mil –en promedio- deben pertenecer hoy al sistema público”, indicó Paola Pontoni. Pero además de revelarse un déficit evidente, estos trabajadores obtienen sueldos bajos para la cantidad de horas trabajadas y la enorme responsabilidad que significa su desempeño para los pacientes: un enfermero/a, gana como base en promedio 600 mil pesos.

"En 2010 sumaban 10.330 enfermeras bajo el sistema de contratación "plazo fijo y planta" (se desconoce número de estos profesionales que trabajan en sistema honorario). La información actualizada en esta materia,  fue solicitada al Minsal, pero estamos a la espera de su entrega", aclaró Paola Pontoni. 

Si bien las horas extras pueden generarles mayores ingresos, el esfuerzo requiere trabajar –al menos- más de 70 horas a la semana. 

UNA “HEGEMONÍA” QUE PUEDE COSTAR LA VIDA

“Necesitamos retener a los trabajadores en el sistema público y que lleguen a regiones”, considera Paola Pontoni. Pero las representantes del gremio no tuvieron éxito en las mesas de trabajo del gobierno anterior y buscan lograr acuerdos en el presente.

La realidad es cuestionable, frente a la conocida relación que mantiene el Colegio Médico con el Ministerio de Salud a través de mesas de trabajo continuas, lo cual podría revelar una evidente “hegemonía” que se refleja en materia sanitaria.

A modo de ejemplo, en el Hospital Sótero del Río (Región Metropolitana), que concentra gran parte de la demanda sanitaria de la capital, trabajan en promedio 220 enfermeras.

“En turnos de noche, una sola enfermera puede quedar a cargo de hasta 40 pacientes, a excepción de los casos UCI donde el estándar exige que haya una profesional por cada tres pacientes; esto se cumple”, explicó Pontoni.

“El estándar internacional te dice que una enfermera cada siete pacientes, pero resulta que a veces atienden a 20”, agregó.

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