Pese al firme liderazgo de Donald Trump, durante meses se pensó que la convención del Partido Republicano en julio sería una batalla en la que finalmente se definiría al candidato para las presidenciales de Estados Unidos en noviembre.

Las campañas y los analistas hacían ejercicios matemáticos con los delegados ganados durante las primarias en los diferentes estados del país.

Sin embargo, la suspensión de la campaña de Ted Cruz este martes deja el camino libre a Donald Trump, que ya sin su gran rival es casi inevitable que alcance los 1.237 delegados que necesita para asegurarse la nominación.

El complejo sistema de los partidos lleva a que mucha gente se haga ahora una pregunta: ¿qué pasa con los delegados que ganó Cruz?

La retirada de Ted Cruz deja el camino libre a la nominación a Donald Trump.


¿Y con los que consiguieron Marco Rubio o Jeb Bush, que llevan semanas fuera de la contienda?

La respuesta es tan compleja como el propio sistema estadounidense.

Diferentes opciones

Cada uno de los 50 estados tiene sus propias normas. De este modo, hay varias opciones:

  • Que los delegados voten por el candidato al que habían comprometido su voto aunque lleve meses alejado
  • Que sea el propio candidato el que decida dar libertad o no a sus delegados
  • Que los delegados queden liberados de obligación y puedan votar por quien quieran en la convención de Cleveland.
  • Que los delegados se reasignen de forma proporcional entre los que siguen en carrera (Trump y John Kasich)

Trump ganó en las primarias de Indiana este martes al menos 51 de los 57 delegados en juego, según el seguimiento de votos de la agencia AP.

Trump va camino de lograr lo que parecía impensable hace unas semanas: los 1.237 delegados que le aseguren la nominación en la convención de Cleveland.


El triunfo le da una suma de 1.047 delegados, muy cerca de la cifra de 1.237.

Ya la pasada semana quedó matemáticamente descartado que Cruz, que tras Indiana queda con 565 delegados, pudiera llegar a ese número.

El único objetivo que quedaba, por lo tanto, era evitar que lo lograra Trump y buscar en la convención una enrevesada estrategia política para ganar apoyos.

La retirada de Cruz muestra que el senador por Texas no ve posible frenar al magnate.

"Desde el comienzo dije que continuaría mientras hubiera un camino viable a la victoria. Esta noche lamento decir que parece que el camino está cerrado", dijo Cruz a sus seguidores la noche del martes.

1.237, número mágico

Quedan por celebrarse primarias en nueve estados. Trump está a menos de 200 delegados de los 1.237 y sólo California el 7 de junio reparte 172.

Con Kasich como único rival, es muy probable que ese día el magnate se asegure los 1.237, aunque ya desde este martes se le considera como el "virtual ganador".

Con la retirada de Cruz ya no se espera una convención abierta, por lo que Trump sería el nominado.


Así lo reconoció Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano. Trump "será posiblemente el nominado", expresó en Twitter.

Hasta los principales líderes del partido, aquellos cuya estrategia era "cualquiera menos Trump", parecen rendirse a la evidencia y a los votos de los republicanos que han acudido a las urnas desde el 1 de febrero de norte a sur y de este a oeste del país.

Con la retirada de Cruz se esfumó ya casi de forma definitiva la posibilidad de una cruenta convención abierta.

Trump y muchos republicanos empiezan ya a pensar en vencer a Hillary Clinton.

Los millones de votos y los cientos de delegados ganados por Cruz pierden ahora casi todo su valor.


"Todos necesitamos estar unidos para vencer" a Hillary Clinton, escribió Priebus sobre la presumible candidata del Partido Demócrata.

Y la exsecretaria de Estado y exprimera dama ya mira también al magnate, pese a que ella aún debe asegurar su triunfo ante Bernie Sanders en el bando demócrata.

Trump tiene las llaves

"Tenemos que unificar el partido si queremos ganar en noviembre", dijo Henry Barbour, uno de los líderes del Partido Republicano.

"Donald Trump es el tipo con las llaves del auto. Es el que necesita unirnos. Ahora es su oportunidad. Los votantes lo han elegido", admitió Barbour.

"Es todo más fácil si tenemos unidad", coincidió el magnate, que nunca se había presentado a un cargo público y que ha logrado lo que parecía imposible hace menos de un año: ser el republicano que debe evitar un tercer mandato demócrata.

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