La vida de Mason Motz, un pequeño texano de seis años, cambió por completo tras una visita al dentista.
Y es que el niño sufría de retrasos en el habla durante toda su vida. Nació con el síndrome de Sotos, un trastorno que afecta el crecimiento y el desarrollo; y por lo mismo su familia pensó que sus problemas de habla se debían a esto.
Sin embargo, estaban equivocados.
Cuando visitaron a la doctora Amy Luedemann-Lazar, para que le extrajeran dientes, ésta se dio cuenta que había un problema.
Por lo mismo, la doctora le solicitó a los padres realizar un pequeño y corto tratamiento. Duraría 10 segundos y se trabajaría con láser.
Tras el visto bueno, realizó el procedimiento y, de manera inmediata, hubo una solución.
Resulta que el pequeño tenía "atadura de lengua", una condición que se genera en el embarazo y que consiste en que la lengua no se separa completamente de la parte inferior de la boca.
"Realmente impulsa el desarrollo de su cara, nariz y vías respiratorias", señaló la doctora.
Eso, además, explicaría las complicaciones que Mason había presentado respecto a respirar, comer, dormir y hablar.
Durante años, su desarrollo vocal se vio complicado. Tras la visita al dentista, y con el paso de unas horas, incluso dijo sus primeras oraciones completas.
Por lo pronto, el niño mantiene un trabajo con fonoaudiólogos y se proyecta que para cuando cumpla 13 años pueda hablar al igual que otros niños de su edad.