La ciudad de Braunau am Inn está enfrascada en una batalla legal sobre qué hacer con la casa donde nació Adolf Hitler, un dilema tanto para el gobierno como para los residentes.
Ahí nació el Hitler en 1889, y para los manifestantes sigue siendo un símbolo de la extrema derecha.
Hitler apenas estuvo unas semanas en el número 15 de Salzburger Vorstadt, donde sus padres alquilaron un departamento. El tiempo que pasó aquí, incluyendo el anuncio de su nacimiento, está bien documentado en los archivos de la ciudad.
Para el historiador local Florian Kotanko, la fascinación con la casa está vinculada a su apariencia mundana, la idea de que un asesino en masa nació tras unos muros de apariencia tan ordinaria.
El edificio ha sido la principal atracción de Braunau desde la era nazi, muy a pesar de los 17.000 residentes. Una vez fue usado como centro para personas con discapacidades y ahora permanece vacío desde 2011 y necesita renovación.
Pero el dueño rechaza dar permiso a su inquilino, el gobierno austríaco.
Austria paga más de 5.000 dólares al mes para asegurarse de que las instalaciones no caen en manos de neo-Nazis. Ahora quiere ir más allá y convertirse en el único dueño.
Un memorial del holocausto frente a la casa de Hitler hace un llamado a la paz, la libertad y la democracia. El pasado año, un grupo de vándalos lo destrozó. Una señal, dicen los manifestantes antifascistas, de que el dilema de la casa número 15, necesita ser resuelto lo antes posible.