El pequeño pronto cumplirá cinco meses y goza de buena salud, tras haber estado al borde de la muerte. Kamil nació a las 25 semanas de gestación en Legnica, en el oeste de Polonia.
A los 10 días de vida su condición de salud era crítica. Según explicó el especialista Wojciech Kowalik, el músculo del corazón y el ritmo cardíaco eran débiles, y sus riñones casi dejaron de funcionar.
Al intentar tratamientos tradicionales, y ver que no entregaban resultados positivos, Kamil fue sometido a un procedimiento en el que le conectaron a un riñón artificial. El aparato bombea sangre del paciente, la filtra y la regresa a sus venas.
Si bien el tratamiento está pensado para recién nacidos con al menos tres kilos de peso, Kamil lo recibió cuando sólo pesaba 820 gramos. Según los médicos, es el bebé más pequeño del mundo que sobrevive gracias a esta tecnología.