Siti Zailah Mohd Yusoff, viceministra de Desarrollo de la Mujer, la Familia y la Comunidad de Malasia, provocó gran indignación con sus recientes declaraciones en las que aconseja a los maridos golpear “suavemente” a sus esposas para disciplinarlas.
La funcionaria está en el centro de la polémica por “normalizar” la violencia doméstica al instar a los hombres a agredir a sus esposas para demostrar “cuán estrictos son” y “cuánto quiere que ella cambie”.
En un video de dos minutos publicado en Instagram, llamado “Consejos de la madre”, la autoridad aconsejó primero a los hombres para que “disciplinaran” a sus esposas “obstinadas” hablándoles. Sin embargo, si no cambian su comportamiento, deberían dormir separados durante tres días.
“Si la esposa aún se niega a seguir el consejo o a cambiar su comportamiento después de la separación para dormir, entonces los esposos pueden probar el enfoque del contacto físico, golpeándola suavemente, para mostrar su severidad y cuánto quiere que ella cambie”, agregó Siti Zailah en el video.
La viceministra, quien es parlamentaria del Partido Islámico Pan-Malasia, también indicó a las mujeres que sólo hablen con sus maridos si tienen permiso para dirigirse a ellos.
“Hable con sus maridos cuando estén tranquilos, hayan terminado de comer, hayan orado y estén relajados”, dijo Siti Zailah. “Cuando queramos hablar, pida permiso primero”, continuó.
Las declaraciones de la funcionaria fueron rechazadas por el Grupo de Acción Conjunta para la Igualdad de Género, una coalición de organizaciones de derechos de las mujeres que acusa a Siti Zailah de “normalizar” la violencia doméstica, exigiendo la renuncia a su cargo como viceministra de la Mujer.
“La viceministra debe dimitir por normalizar la violencia doméstica, que es un delito en Malasia, así como por perpetuar ideas y comportamientos que se oponen a la igualdad de género”, expone un comunicado conjunto.
La organización detalló que entre 2000 y 2021 hubo 9.015 informes policiales sobre violencia doméstica, cifras que serían aún más altas debido a que no incluyen a las mujeres que han denunciado abusos ante organizaciones benéficas.