Una pareja de ucranianos residente de Kiev, tenía la fecha de su casamiento programada para mayo pero a raíz de invasión de rusa, decidió adelantar su boda y casarse este viernes 25 de febrero.
Inmediatamente luego de dar el sí, ambos jóvenes se alistaron en el Ejércit de Ucrania para defender su nación de las tropas de Rusia. “Vamos a luchar por nuestra tierra y podemos morir, por eso queríamos unirnos antes de eso”, señaló Yaryna
La joven ucraniana Yarina Arieva de 21 años y su novio Sviatoslav Fursin de 24, tenían pensado casarse el próximo 6 de mayo y celebrar ese hecho en un restaurante con terraza, con amigos, felicidad, y una bella vista al río Dniéper. “Solo nosotros, el río y hermosas luces”, señaló Arieva a CNN, al rememorar cómo debió ser su boda.
Sin embargo, el pasado jueves por la madrugada, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó el avance de sus tropas por territorio ucraniano, poco tiempo después comenzaron a caer misiles. Y Kiev, la capital del país, no fue la excepción.
Ante ese escenario de guerra fue cuando Yaryna y Sviatoslav decidieron adelantar su boda para enlistarse en defensa de su país.
Se casaron el pasado viernes en el monasterio San Miguel de Kiev, con las sirenas antiaéreas sonando de fondo. “Eso fue muy aterrador. En el momento más feliz de tu vida nos tocó escuchar esos sonidos”, dijo la joven de 21 años.
Yaryna y su esposo, que es ingeniero de software, se conocieron en una protesta en Kiev en 2019 y juntos se dirigieron, luego de la boda, al Centro de Defensa Territorial local para enlistarse en las fuerzas civiles de defensa de su país.
“Tenemos que proteger nuestro país, a las personas que amamos y a la tierra en la que vivimos”, dijo la joven esposa, que señaló que todavía desconoce cuál será la misión que les tocará en la resistencia.
Así, la joven pareja se unió a las fuerzas armadas que resiste los embates del ejército ruso en la capital del país. El mismo sábado en que Yaryna y Sviatoslav se enrolaban, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky afirmaba que su país preparaba una resistencia sin reposo, a la que denominó como “guerra de la gente”.
