Escasos y muy devaluados, los billetes venezolanos tienen cada vez menos espacio en la economía, pero siguen siendo necesarios para desplazarse o comprar comida, con un sacrificio adicional: largas colas en bancos para retirar el equivalente a dos dólares diarios.
Siete meses después de que empezaran a circular, las denominaciones que restaron cinco ceros a la moneda son tan insuficientes como el anterior cono monetario, pese a que el presidente Nicolás Maduro garantizó su disponibilidad.
El máximo retiro diario autorizado por ventanilla es de 6.000 bolívares (unos dos dólares) que apenas alcanzan para pagar dos cafés. Equivalen a la tercera parte del salario mínimo.
Con lo que pudo sacar este lunes en Caracas, Víctor Albarrán espera cancelar una caja de alimentos que vende el gobierno a precios subsidiados en barrios populares (unos 10 productos por 1.000 bolívares).
"Tengo que cancelar mi caja del Clap, pagar mis pasajes (de bus) y el resto es para mi hija, que tengo que darle para pagar pasajes (unos 150 bolívares por viaje)", dijo Albarrán a la AFP a las puertas del banco. Los cajeros automáticos dan unos 1.000 bolívares diarios.
El valor de la divisa venezolana ha alcanzado una valía tan baja que en la fronteriza ciudad de Cúcuta, Colombia, se comercializan figuras artesanales realizadas con estos billetes.
Debido a la falta de efectivo, los pagos por datáfono y las trasferencias electrónicas priman en los intercambios comerciales, con un nuevo invitado: el dólar, que desde hace algún tiempo es recibido en hoteles, restaurantes y hasta en mercados populares.
A falta de bolívares en efectivo y colapsada la banca electrónica, el billete verde reinó en algunas regiones durante el apagón del pasado 7 de marzo que paralizó Venezuela durante una semana.
En medio de la peor crisis socioeconómica de su historia moderna, miles de ciudadanos viven de las remesas que les envían sus familiares en el exterior, donde se estima que residen 3,4 millones de venezolanos.
Tras reanudarse la jornada laboral el pasado jueves -suspendida a raíz del corte eléctrico-, los venezolanos acudieron masivamente a los bancos para aprovisionarse de cash, formando largas filas.
Aunque las colas se redujeron en los últimos días, algunos deben esperar hasta una hora para sacar el poco dinero, como le tocó a Andreson Moncada este lunes en la capital.
"Esto me alcanza para dos días, entre pasajes y las chucherías (golosinas) de la niña. Un pan son 3.000 bolívares, la mitad de esto", comentó con su pequeña hija en brazos.