Una carta supuestamente escrita por uno de los tres reos escapados de la prisión de Alcatraz, en San Francisco, en 1962, podría aclarar finalmente la verdad sobre el mayor mito de la fuga: si es que los hombres lograron o no llegar a tierra con vida.

Alcatraz fue la prisión más segura del mundo durante 29 años, construida sobre un islote de roca en la bahía de San Francisco, rodeada por las frías y agitadas aguas del Pacífico.

Los peores criminales de Estados Unidos eran enviados allí a cumplir sus condenas, y ninguno pudo escapar del lugar. Eso hasta junio de 1962 cuando los hermanos John y Clarence Anglin, más Frank Morris desaparecieron en medio de la noche y sus cuerpos jamás fueron encontrados.

El ingenioso escape, planeado durante meses, incluyó muñecos en las celdas, travesías por los entremuros de la prisión y la construcción de improvisadas balsas con trajes para lluvia.

La desconocida suerte de los tres prófugos se convirtió en un misterio los últimos 55 años y dio para varios guiones que Hollywood llevó a la pantalla, siendo la película más célebre “Escape from Alcatraz” (Fuga de Alcatraz), con Clint Eastwood,  en 1979.

Ahora ha surgido a la luz pública una carta de hace cuatro años, presuntamente escrita por uno de los hermanos fugados.

"Mi nombre es John Anglin. Escapé de Alcatraz en junio de 1962 con mi hermano Clarence y Frank Morris. Tengo 83 años y estoy en mal estado. Tengo cáncer. Sí, todos lo logramos esa noche pero apenas!", dice el texto que llegó a manos de la Policía de San Francisco, y que consiguió la cadena CBS.

La carta llegó a una estación policial en 2013 y el FBI fue notificado.

La carta dice que Frank Morris murió en 2008 y que Clarence Anglin en 2011. El autor de la carta ofrece hacer un trato a cambio de entregarse: "Si anuncian en la televisión que iré a prisión por no más de un año y obtengo atención médica, les responderé para informarles exactamente dónde estoy. Esto no es una broma... ".

El laboratorio del FBI examinó la carta en busca de huellas dactilares, ADN y para analizar la letra manuscrita, pero nada fue concluyente.

El autor de la carta contó que pasó muchos años viviendo en Seattle, también estuvo en Dakota del Norte y que, al momento de escribir, había vuelto a California.

Dado que las autoridades no lograron dar con su paradero y no hubo más pistas, el Servicio de Marshals de Estados Unidos, única oficina que mantiene abierta una investigación por la fuga, dice que se mantiene la conclusión de que los prófugos murieron ahogados en el intento de escape.

"No hay absolutamente ninguna razón para creer que alguno de ellos cambió su estilo de vida y se convirtió en ciudadano que respeta la ley después de este escape (…)  La Oficina Federal de Prisiones dice que se ahogaron una vez que salieron de Alcatraz, y que sus cuerpos fueron arrastrados hacia el Océano Pacífico", se señaló en un comunicado al canal local de CBS dando por agotada la pista de la carta.

Si los fugados –que cumplían condena por robo a un banco- estuvieran vivos aún, Frank Morris tendría 90 años y John y Clarence Anglin tendrían 86 y 87, respectivamente.

El gran escape

La noche del 11 de junio de 1962, el trío escapó por un pequeño hueco de ventilación en sus celdas. Las rejillas que los bloqueaban se desprendieron con facilidad del muro debido la corrosión del aire marino.

Habían fabricado un taladro artesanal con el motor de aspiradora, el que les permitió ensanchar el hueco. Una vez que lograron pasar por ellos, escalaron entre los muros por la red de tuberías y cañerías.

Allí, sin vigilancia alguna, llegaron a instalar un taller secreto donde construyeron y ocultaron los materiales y artefactos para el escape.

El ducto de un ventilador  los condujo al techo de la prisión, del que bajaron deslizándose  por una chimenea hasta el suelo.  Antes de este escape final, colocaron cabezas de yeso y papel maché en las camas de sus celdas para simular que dormían.

Las cabezas estaban pintadas de color piel y tenían pelo humano pegado para simular cabelleras.

Tras alcanzar los roqueríos, los hombres  lanzaron una balsa hecha con impermeables de la prisión. También tenían chalecos salvavidas y remos.

Los guardias solo advirtieron del escape a la mañana siguiente. 

Restos de la balsa fueron encontrados en una playa de la costa, pero las autoridades mantuvieron la versión que de los prófugos se ahogaron en el mar. 

Alcatraz fue cerrada nueve meses después de la fuga.

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