Joaquín “El Chapo” Guzmán era, hasta hace poco, el narcotraficante más buscado del mundo. Se le consideraba uno de los hombres más poderosos del planeta y uno de los más millonarios, pero su más reciente detención –tras casi seis meses prófugo- fue por un pedido de comida.
Si bien la policía mexicana seguía las pistas del líder del cartel de Sinaloa, la última huella que los llevó a la localización exacta del “Chapo” fue una orden de tacos.
¿Cómo México espera evitar que se escape otra vez El Chapo?
Según contaron oficiales mexicanos al New York Times, a comienzos de enero ya sabían que Guzmán estaba en la localidad de Los Mochis, en Sinaloa, por lo que se trasladaron al lugar.
Después de la medianoche del 8 de enero, a solo dos cuadras del hotel donde atraparían al capo de la droga, los policías siguieron los pasos de un hombre que conducía una van blanca –similar a la que utilizaban los asociados al “Chapo”-.
El hombre llevó el vehículo a un local de tacos donde recogió una “orden grande”, supuestamente solicitada por Guzmán para sus empleados.
Horas más tarde, a las 4:30 locales, los funcionarios de la Secretaría de Marina mexicana comenzaron la redada al hotel, y tras una persecución por la autopista atraparon al “Chapo” Guzmán.
[FOTO] La primera imagen de El Chapo Guzmán en su celda