Un hombre se prendió fuego el miércoles cerca de la oficina del primer ministro de Japón en Tokio tras mostrar su rechazo a la celebración de un funeral de Estado para el exdirigente nipón Shinzo Abe, informaron medios locales.

La policía declinó confirmar el incidente, pero un portavoz del gobierno señaló que un hombre con quemaduras fue hallado cerca de la oficina del primer ministro Fumio Kishida.

"Estamos informados de que un hombre con quemaduras fue encontrado por un agente de policía sobre las 07H00 (22H00 GMT) esta mañana en la intersección debajo de la oficina del gabinete", dijo el portavoz Hirokazu Matsuno.

"Pero los detalles están actualmente bajo investigación de la policía", añadió sin aceptar más preguntas sobre el caso.

Varios medios japoneses indicaron que el hombre, ahora hospitalizado, expresó su rechazo al funeral de Estado del 27 de septiembre en honor al ex primer ministro Shinzo Abe, asesinado en julio.

Un reportero de AFP indicó que horas después del suceso había policía y medios en la zona, además de un trozo de hierba y arbustos quemados.

La agencia de noticias Jiji dijo que notas escritas encontradas junto al lugar mostraban que el hombre estaba "fervientemente en contra" de la ceremonia funeraria organizada para Abe.

El hombre tenía alrededor de 70 años y dijo a la policía que se había rociado de combustible y se había prendido fuego él mismo, añadió la agencia.

La televisión Asahi también informó del rechazo del hombre al funeral de Estado y señaló que un agente de policía resultó herido mientras trataba de apagar las llamas.

Un funeral controvertido 

Abe, el primer ministro más longevo de Japón, fue asesinado por disparos el 8 de julio en un mitin en la ciudad occidental de Nara.

Sin embargo, la decisión de organizar un funeral de Estado fue controvertida, un tipo de homenaje poco frecuente en el Japón moderno que, en el caso de un primer ministro, no ocurre desde 1967.

Las encuestas indican que la mitad de la población se opone a ello.

Abe era el político más conocido de Japón y seguía siendo una destacada figura pública después de renunciar en 2020 por motivos de salud.

El autor de los disparos, Tetsuya Yamagami, justificó su acción porque sospechaba que Abe tenía vínculos con la Iglesia de la Unificación, una secta que había arruinado a su madre.

La iglesia está acusada de presionar a sus seguidores a realizar elevadas donaciones, una acusación que esta rechaza.

Aunque Abe no era miembro de esta iglesia, se había relacionado con grupos afiliados. Su muerte provocó un escrutinio de los vínculos entre este grupo y la política japonesa.

Una investigación del gobernante Partido Liberal Democrático, la formación de Abe y Kishida, mostró que la mitad de sus diputados tenían vínculos con la secta. El nuevo primer ministro prometió cortar toda relación con el grupo.

El asesinato de Abe causó conmoción nacional e internacional.

La ceremonia se celebrará en el estadio Budokan con un coste estimado de 12 millones de dólares y en presencia de líderes como la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris o el primer ministro australiano Anthony Albanese.

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