Un estadounidense sería la persona que pagó por matar a Cecil, el león más reconocido y querido de Zimbabue, según reveló este lunes el diario The Telegraph.
Cecil, un magnífico macho de 13 años, muy popular entre los turistas, fue encontrado muerto hace dos semanas fuera de la reserva Hwange. Había sido herido con flechas, luego muerto a tiros, despellejado y decapitado.
Las autoridades y las ONG’s de vida silvestre de Zimbabue sospechaban que un extranjero está detrás de la matanza y que habría pagado 50 mil euros para participar en el grupo de caza.
“Un propietario de un permiso de caza y un cazador fueron inculpados", indicó a la agencia AFP Johny Rodrigues, presidente de la ONG Zimbabwe Conservation Taskforce. "Estamos buscando esclarecer la identidad y la nacionalidad del cazador", añadió.
El león vivía dentro de una reserva silvestre protegida, de la cual habría sido sacado con cebos para darle caza.
Hasta hoy se hablaba de un turista español como el presunto responsable, pero surgió la pista de que se trataría de un estadounidense.
El diario británico The Telegraph publicó declaraciones de uno de los integrantes del grupo de caza que mató a Cecil, quien aseguró que el cliente que pagó el safari era norteamericano.
"Era un magnífico león, maduro. No sabíamos que era tan conocido. Tenía licencia para que mi cliente disparase con un arco y flecha en el lugar donde se cazó", agregó la fuente.
Ni las autoridades del parque ni la policía pudieron ser localizadas para obtener precisiones, publicó el diario.
"Cuando un león tan emblemático es asesinado, es una verdadera pérdida para el turismo local y es una gran fuente de preocupación", afirmó Emmanuel Fundira, presidente de la asociación de operadores de safari.
"Cecil llevaba un collar. Eso implica que había sido elegido para hacer investigaciones y estudios. También era muy popular entre los visitantes de Hwange que estaban fascinados con su melena negra y siempre querían saber dónde estaba", agregó.
Los millonarios amantes de la caza están dispuestos a pagar millones para efectuar un seguimiento y matar a búfalos, grandes felinos o elefantes en tierras africanas, donde ésta es legal en las reservas privadas.