"Soy muy optimista acerca de que podremos resolver los problemas que tenemos dentro de la Unión Europea", indicó este sábado Schulz, tras reunirse con Freeland y poco antes de otro encuentro con el ministro presidente de la región de Valonia, Paul Magnette.
"No podemos pararnos en los últimos metros", comentó Schulz, para quien el encuentro con Freeland fue "muy constructivo y quizá decisivo". Es tarea interna de la UE resolver las cuestiones pendientes, "no hay ningún problema que no podamos resolver", aseguró el político socialista alemán. "Esperamos poder firmar el jueves que viene", tal como está previsto, agregó.
"La pelota está en el campo de Europa. Esperamos que sea posible encontrar una solución", dijo por su parte Freeland, según la agencia de noticias Belga. "Espero, espero mucho poder volver aquí dentro de unos pocos días con mi primer ministro Justin Trudeau y que podamos firmar este acuerdo con Europa el día 27 tal como estaba planeado", añadió y señaló que regresará a Toronto esta mañana.
Sin embargo, tras su reunión con Schulz, el ministro presidente de la región belga de Valonia, Paul Magnette, afirmó a la prensa que "todavía tenemos algunas pequeñas dificultades entre europeos y será necesario trabajar y discutirlo próximamente". Eso sí, Magnette precisó que la parte de la negociación con Canadá efectivamente "ha concluido" y "ha permitido muchas mejoras".
Resistencia valona
El Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA), ya negociado, podría quedar en papel mojado en el último momento por el bloqueo valón. Sin su acuerdo Bélgica no puede firmarlo y si no lo suscriben todos los países miembros del bloque no puede entrar en vigor. Valonia teme que el pacto rebaje los estándares sociales europeos y pese a varios intentos de mediación sigue sin ceder.
El viernes por la tarde la ministra canadiense había anunciado el "fin y fracaso" de las negociaciones con Valonia y, visiblemente emocionada, indicó que regresaba a su país. "Parece evidente que la UE no es capaz en este momento de tener un acuerdo internacional, ni siquiera con un país que tiene unos valores tan europeos como Canadá, un país tan amable, tan paciente", declaró Freeland entonces a su salida de la reunión con el Gobierno regional en Namur (sur).
Por su parte, Magnette lamentó la "interrupción" de las negociaciones, pidió "más tiempo" y consideró que aún era posible llegar a un consenso. Mientras, fuentes de la Comisión Europea han dicho también que no ven este "parón" como el fin del proceso para lograr la firma del tratado, prevista en principio para el próximo jueves en Bruselas. Y añadieron que, por el momento, "no hay cambios en la agenda".
La Comisión Europea y Canadá trabajan con Valonia en una "declaración interpretativa", con valor jurídico, que acompañe al texto del tratado, que por su parte fue cerrado hace dos años y desde entonces ha pasado distintas fases para su ratificación, como una verificación jurídica y su traducción a las lenguas oficiales de la UE.
Los últimos cambios propuestos por la Comisión no satisficieron las preocupaciones del Ejecutivo regional, que mantiene reticencias sobre asuntos como la creación de un mecanismo de tribunales que dirima los conflictos entre estados e inversores al margen de los sistemas de justicia de cada país. El 14 de octubre el Parlamento de Valonia (región francófona de unos 3,5 millones de habitantes que conforma la mitad sur de Bélgica) votó en contra de firmar ese acuerdo comercial.