Las autoridades instaladas por Moscú en varias regiones de Ucrania anunciaron el martes la urgente celebración del 23 al 27 de septiembre de referendos de anexión a Rusia, en plena contraofensiva ucraniana
Ucrania respondió de inmediato y prometió "liquidar" la "amenaza" rusa.
Los territorios separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk, en la región del Donbás (este de Ucrania) así como las regiones de Jersón (sur) y Zaporiyia (sudeste), todos ocupados por el ejército ruso, anunciaron esas votaciones.
Ello se produce cuando Ucrania va a ingresar en su octavo mes de guerra y todas esas zonas son escenario de combates y bombardeos.
Esos referendos, basados en el modelo del que confirmó la anexión por Rusia de la península ucraniana de Crimea en 2014 -denunciado por la comunidad internacional- están siendo preparados desde hace varios meses.
Pero su calendario parece haberse acelerado debido a la ofensiva ucraniana que obligó al ejército ruso a retiradas en el noreste del país.
Fue el jefe del "Parlamento" autoproclamado de Lugansk, Denis Miroshnichenko, quien anunció en primer lugar que se celebraría la consulta, a lo largo de cuatro días a partir del viernes.
Chantaje y revés ruso
"El Consejo de la nación decide fijar las fechas de la votación para el referéndum del 23 al 27 de septiembre" declaró, citado por el portal de información oficial de Lugansk
Poco después la agencia de prensa oficial de Donetsk anunció un calendario idéntico, seguido del jefe de la administración de ocupación de Jersón, Vladimir Saldo. Un responsable prorruso hizo lo propio para la región de Zaporiyia.
Ucrania advirtió este martes que la amenaza rusa será "liquidada".
"Ucrania va a solucionar la cuestión rusa. La amenaza sólo puede liquidarse por la fuerza", escribió en Telegram el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andrii Yermak, quien denunció un "chantaje" por parte de Moscú motivado por "el miedo a la derrota"
El ministro ucraniano de Exteriores Dmytro Kuleba aseguró que Ucrania va a "seguir liberando sus territorios, diga lo que diga Rusia".
Estos anuncios se producen después de que Rusia haya sufrido espectaculares reveses militares desde principios de septiembre. Debió retirarse de Járkov, en el noreste de Ucrania, tras un avance de las tropas de Kiev, que se benefician de suministros de armas y material militar occidentales.
El ejército ucraniano ha lanzado también una contraofensiva en la región de Jersón, menos fulgurante, pero en la que está obteniendo avances. Y también ataca en la región de Lugansk, que Rusia conquistó íntegramente en la primavera boreal, tras sangrientos combates.