Twitter anunció el lunes haber suspendido "de manera permanente" 70.000 cuentas afiliadas al movimiento pro-Trump QAnon, para impedirles usar la red social con fines violentos, tras el asalto la semana pasada del Capitolio por simpatizantes del presidente estadounidense.
La plataforma emprendió una purga que comenzó el viernes con el bloqueo final de la cuenta del presidente estadounidense, acusado de haber alentado a sus seguidores a desbaratar la certificación de la victoria del demócrata Joe Biden por parte del Congreso.
"Desde el viernes más de 70.000 cuentas han sido suspendidas", dijo Twitter en un comunicado. El número de cuentas bloqueadas es alto porque muchos individuos tenían más de una cuenta.
"Estas cuentas compartían contenido nocivo asociado a QAnon de manera masiva y se dedicaban principalmente a la propagación de esta teoría de la conspiración", añadió.
La mayoría de las plataformas de redes sociales han tomado medidas sin precedentes desde que los partidarios del multimillonario republicano invadieron el Capitolio durante varias horas el miércoles, conmocionando al país y al mundo. Cinco personas murieron en los altercados.
Facebook y Twitter suspendieron indefinidamente la cuenta de Donald Trump, que durante meses ha estado desacreditando el proceso electoral y acusando a los demócratas, sin pruebas, de "robarle las elecciones".
Para justificar su decisión, las dos redes hicieron referencia en particular al riesgo de violencia futura antes de la ceremonia de inauguración de Joe Biden, el 20 de enero frente al Capitolio.
"Los planes para futuras protestas armadas están proliferando en Twitter y en otros lugares, incluyendo un segundo ataque en el Capitolio el 17 de enero de 2021", informó Twitter el viernes.
La red era la principal herramienta de comunicación de Donald Trump, donde interactuaba con sus 88 millones de suscriptores diarios.
Trump obtuvo este lunes una inusual aliada en este tema.
La canciller alemana, Angela Merkel, calificó la decisión de Twitter "problemática" porque muestra la omnipotencia de las plataformas en términos de libertad de expresión.