Más de 4.300 personas fallecidas y al menos 19.000 heridas se reportan hasta ahora tras la serie de devastadores terremotos que sacudieron el sureste de Turquía, cerca de la frontera con Siria, y que dejan miles de edificios derruidos en los que se sigue buscando a supervivientes en medio de bajas temperaturas.
En Turquía, la cifra de fallecidos se elevó a 2.921 y de heridos a 15.834, según informó esta madrugada la agencia nacional de emergencias (Afad), mientras que en Siria se contabilizan al menos 1.300 muertos y 3.400 heridos.
Unas 7.800 personas fueron rescatadas en Turquía de entre los escombros de los miles de edificios que se desmoronaron en los dos fuertes temblores, uno de magnitud 7,7 y otro posterior de 7,6, informó el Gobierno, según recoge la agencia oficialista Anadolu.
Unas 25.000 personas, entre los que se cuentan soldados, participan en las labores de rescate, según Orhan Tatar, un alto cargo de la agencia nacional de emergencias, Afad, quien dijo que se destinaron 12,1 millones de euros (13,3 millones de dólares) en fondos urgentes para las diez provincias más afectadas.
Además, docenas de países comenzaron a enviar a cientos de rescatistas y expertos en búsqueda de supervivientes.
La vicepresidencia indicó que más de 300.000 víctimas de los seísmos fueron alojadas en centros universitarios, refugios y residencias de estudiantes.
Las bajas temperaturas y la nieve en la zona, donde también hay territorios montañosos de difícil acceso, complican las tareas de rescate.
Las autoridades locales informaron de cortes en el suministro de gas y electricidad en algunas zonas, y la empresa estatal de petróleo cortó el suministro de crudo hacia la región como "medida de precaución".
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) recordó hoy que, en estas áreas opositoras, "fuertemente" afectadas por el terremoto, residen 4,1 millones de personas que dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir, y que son en su mayoría mujeres y niños.
Ese organismo explicó que la comunicación con terreno es difícil debido a las interrupciones "crónicas" en los servicios telefónicos y de internet, a lo que se suman informaciones sobre supuestos cortes de carretera en el noroeste de Siria, además de en territorio turco.
Continúan las labores de desescombro
El Ministerio de Exteriores sirio pidió a la ONU, ONG y organizaciones gubernamentales que "apoyen" los esfuerzos del Gobierno para hacer frente a la "catástrofe humanitaria", según un comunicado difundido por la agencia oficial de noticias, SANA.
Trece países de la Unión Europea (UE) ofrecieron este lunes equipos de búsqueda y rescate, informó la Comisión Europea, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, señaló que un total de 45 naciones ofrecieron ayuda.
En varias de las diez provincias turcas más afectadas, se produjeron cortes de gas y electricidad, y en algunos embalses aparecieron grietas, aunque las autoridades afirman que no hay daños estructurales.
El primer gran terremoto se registró a la 4.17 horas (01.17 GMT) y tuvo una magnitud de 7,7, según el servicio de emergencias turco Afad, con epicentro en Pazarcik en la provincia turca de Kahramanmaras.
Posteriormente se produjeron hasta 145 temblores más, uno de ellos de magnitud 7,6 a las 10.24 GMT. "Debido a que continúan las labores de desescombro en muchos edificios de la zona del terremoto, no sabemos a cuánto ascenderá el número de muertos y heridos", declaró Erdogan esta mañana. El presidente declaró siete días de luto nacional en todo el país.
En la provincia de Kahramanmaras, una mujer de 18 años fue localizada con vida 12 horas después del temblor, y en Diyarbaki, un hombre fue rescatado tras 14 horas atrapado, informa la agencia Anadolu.
El sismo se sintió también con fuerza en el Líbano, incluida Beirut.
Uno de los símbolos de la enorme destrucción del sismo es el histórico castillo romano de Gaziantep, que llevaba en pie más de 1.700 años y que fue arrasado por el temblor.
También sufrió daños la ciudadela histórica de Alepo, en Siria, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Las autoridades turcas anunciaron el cierre de los colegios en las diez provincias más afectadas y también se suspendieron todas las competiciones deportivas.