Doce días después de la elección: el presidente electo de Estados Unidos invita a una docena de presentadores y directivos de las grandes cadenas televisivas a su gran torre en Nueva York. Sobre el contenido del encuentro hay acuerdo de confidencialidad. Trump calificó a los presentes de mentirosos, dijo uno de los participantes. Especialmente, la cadena CNN fue blanco de los ataques. "Odio a su emisora”, dijo Trump, que debió escuchar reportes negativos no solo de la cadena con sede en Atlanta.
¿Son ciertas estas versiones? Por lo menos, parecen posibles. A ojos de todos, el futuro presidente ha manifestado su animadversión hacia ciertos sectores de la prensa. En su canal de twitter puede leerse a menudo su crítica hacia la "prensa corrupta”: el New York Times fue atacado más de 60 veces de manera directa desde que anunció su candidatura.
Trece días después de la elección: Donald Trump se dirige a sus compatriotas a través de un video. No ha llamado a conferencias de prensa desde su triunfo electoral. No ha sido posible hacerle preguntas de manera pública. Pero eso es lo agradable de los mensajes en video: uno puede presentar sus planes para los primeros cien días de gobierno, sin ser interrumpido ni tener que confrontarse con preguntas críticas.
"Es su propia empresa de comunicaciones y no necesita a la prensa”, considera Mary E. Stuckey, profesora de comunicación en la Universidad Estatal de Georgia en Atlanta. "Él no parece respetar demasiado las reglas de la democracia y por eso tampoco respeta el papel de los periodistas.”
"No es aceptable que el próximo presidente de Estados Unidos viaje sin un acompañamiento de prensa que pueda informar”, afirma Jeff Mason, corresponsal de la agencia Reuters en Washington y presidente de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca.
"Hasta el momento, los periodistas se han atenido a las normas de la cordura en su relación con Trump. Pero dichas reglas solo funcionan cuando todos las respetan.”
Catorce días después de la elección: Donald Trump se encuentra con periodistas y directivos del New York Times, antes de partir a su club Mar-a-Lago para el feriado del Día de Acción de Gracias. Columnistas y reporteros tendrían la oportunidad de hacer preguntas a Trump, así como de escribir las respuestas y publicarlas. Periodismo como el que se hace en todas las democracias. Pero horas antes, el presidente electo cancela el encuentro. Por twitter. El New York Times quería cambiar los términos. "”Nada amable”, escribió Trump.
Eileen Murphy, subjefa de Comunicación del diario, tiene otra versión. No fe el New York Times, sino el equipo de Trump, el que quería modificar el acuerdo, impedir que lo dicho durante la reunión fuera publicado. Finalmente, ambas partes se encontraron este martes.
Trump y los medios: una relación que, si se pusiera en Facebook, diría "Es complicado”.