El pasado jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, invocó la Ley de Producción de Defensa, con el que obligó a la compañía manufacturera 3M a priorizar los pedidos de máscaras respiratorias al interior país.

En ese sentido, el dictamen del mandatario estadounidense empujaba a la compañía a dejar de exportar mascarillas N95 y guantes médicos a países de América Latina y Canadá; justo en medio de la crisis sanitaria que atraviesa el planeta por la pandemia de coronavirus COVID-19.

A través de Twitter, Trump aseguró el jueves que "hoy golpeamos duro a 3M, luego de ver lo que estaban haciendo con sus mascarillas. Tuvimos una gran sorpresa en el gobierno al descubrir lo que estaban haciendo".

"¡Van a tener que pagar un alto precio!", añadió en la red social.

Junto con eso, a través de un comunicado, el mandatario los catalogó de "especuladores en tiempos de guerra".

La respuesta de 3M

Este viernes, la compañía manufacturera salió al paso de la medida adoptada por el Gobierno.

A través de un comunicado, aseguraron que han estado trabajando estrechamente con lo que busca la Casa Blanca en medio de esta emergencia sanitaria.

Sin embargo, rechazaron la determinación de Trump y enfatizaron que "existen implicaciones humanitarias significativas de la interrupción del suministro de respiradores para los trabajadores de la salud en Canadá y América Latina, donde somos un proveedor crítico de respiradores". 

"Dejar de exportar respiradores producidos en los Estados Unidos probablemente causaría que otros países tomen represalias y hagan lo mismo, como ya lo han hecho algunos. Si eso ocurriera, el número neto de respiradores disponibles para los Estados Unidos en realidad disminuiría", problematizaron.

De pronto, el gobierno estadounidense no se ha referido al tema y tampoco se han conocido los alcances que tendría la medida de Trump en Chile.

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