El máximo ejecutivo de la petrolera estadounidense ExxonMobil, Rex Tillerson, es el elegido por el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, para convertirse en el próximo secretario de Estado.
La noticia fue oficializada esta mañana por el propio Trump a través de su cuenta de Twitter: "He elegido a uno de los verdaderos grandes líderes de negocios en el mundo, Rex Tillerson".
Trump había dicho que daría a conocer la nominación más importante de su futuro gabinete a primera hora de este martes 13 de diciembre. Sin embargo, esta mañana fueron varios los medios estadounidenses que dieron por hecho la nominación de Tillerson.
Descartado Romney, queda Tillerson
Ni Trump ni el Equipo de Transición Presidencial habían confirmado esta designación por los canales habituales, pero las posibilidades de Tillerson se incrementaron en las últimas horas tras el anuncio de que quedaba al margen uno de los favoritos: El excandidato presidencial republicano Mitt Romney.
Romney mantuvo fuertes rivalidades con Trump durante la pasada campaña electoral, y llegaron a intercambiar duras críticas, pero los dos políticos se han reunido en dos ocasiones desde los comicios presidenciales del 8 de noviembre para limar asperezas.
Trump, Tillerson, Putin: ¿Conflicto de intereses?
Eso si, Tillerson se enfrenta a una tarea difícil en el Senado para que se le ratifique como próximo secretario de Estado, según consignan varios medios estadounidenses.
Sus relaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, y sus operaciones en ese país y en naciones de Oriente Medio al frente de ExxonMobil serán analizadas con lupa por los legisladores antes de aprobar su nombramiento. De acuerdo con el Washington Post, un creciente número de senadores republicanos se han mostrado reacios a confirmar a Tillerson, de 64 años y que está al frente de la principal petrolera estadounidense desde 2006.
El caso de Tillerson puede representar además un conflicto de intereses importantes en un puesto clave en la futura Administración de Donald Trump, que de por sí tiene que enfrentarse también a las suspicacias sobre sus propios negocios. Según The Wall Street Journal, Tillerson, que pensaba retirarse de ExxonMobil el año próximo, tiene un fondo de pensiones por valor de decenas de millones de dólares que podría verse afectado por las futuras acciones del Departamento de Estado.