En 2015 Barack Obama, en uno los mayores hitos de su gobierno, decidió comenzar la reapertura de las relaciones con Cuba. Dos años después, Donald Trump ha decidido dar por concluido ese trato.
El presidente de Estados Unidos anunció que ese acuerdo llegaba a su fin y que cualquiera al que se llegue ahora dependerá de que el régimen de Raúl Castro anuncie elecciones y libere a los presos políticos.
Además, anunció restricciones a los negocios norteamericanos con militares de Cuba y la limitación de los viajes individuales de ciudadanos estadounidenses.
“Con efecto inmediato, estoy cancelando el trato unilateral al que la última administración llegó con Cuba”, dijo Trump en Miami, en un discurso frente a la comunidad de exiliados cubanos.
El inquilino de la Casa Blanca condicionó cualquier acuerdo con el régimen de Raúl Castro a que se llamen a elecciones y a la liberación de los presos políticos.
Además, prohíbe negocios entre las empresas de Estados Unidos y las cubanas que son propiedad del ejército, en especial Gaesa (Grupo de Administración de Empresas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias).
La introducción de estas modificaciones no será inmediata, han anunciado autoridades de Washington.
De todas formas, anunció que en la embajada estadounidense en La Habana se mantendrá abierta, para “trabajar en la construcción de un camino mucho más fuerte”.