La próxima cumbre del G7 se llevará a cabo en uno de los clubes de golf del presidente Donald Trump en Florida, informó el jueves la Casa Blanca, un anuncio que fue acusado inmediatamente de corrupción por la oposición demócrata.
El lugar elegido es el Trump National Doral Club, un resort de lujo en Miami.
"No es el único lugar posible, pero es el mejor", dijo el jefe de gabinete, Mick Mulvaney, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
La idea de celebrar allí la cumbre prevista para 2020 había sido promovida abiertamente por el propio Trump durante el último G7 en Biarritz, Francia, y provocó en su momento una ola de críticas y preguntas sobre posibles conflictos de interés.
"Hemos utilizado los mismos criterios que los usados por las administraciones anteriores" para la organización de cumbres, aseguró Mulvaney, precisando que se habían estudiado 12 opciones.
"Corrupción descarada"
Para el demócrata Jerry Nadler, presidente del comité judicial de la Cámara de Representantes, la decisión figura entre "los ejemplos más descarados hasta el momento de la corrupción del presidente".
"Está aprovechándose de su cargo y tomando decisiones oficiales del gobierno de Estados Unidos para su ganancia financiera personal", dijo Nadler en un comunicado.
El congresista aclaró que este último ejemplo de "abuso de poder" no sería una distracción para las investigaciones en curso sobre el escándalo que involucra a Ucrania y que podría costarle a Trump su presidencia.
Cuando se le preguntó a Mulvaney si el presidente era consciente de que utilizar su propio establecimiento como sede de la cumbre iba inevitablemente a despertar críticas, el jefe del gabinete respondió afirmativamente, agregando que Trump había decidido mantener su elección de todos modos.
A precio de costo
"Escuchen, yo era escéptico, era consciente de las críticas políticas a las que nos íbamos a someter por hacerlo en Doral", dijo Mulvaney, quien aclaró que la operación se haría a precio de costo.
Mulvaney dijo que, según Trump, Doral representará un ahorro de la mitad del presupuesto que implicaría cualquiera de las otras locaciones consideradas, pero no proporcionó estimativos o comparaciones.
"Vamos a hacerlo ahí, y habrá gente que nunca superará el hecho de que es una propiedad de Trump. Entendemos eso, pero igual vamos a hacerlo ahí", agregó.
Minimizando cualquier cuestionamiento ético o legal, Trump había asegurado en Biarritz que con la cumbre no percibiría "nada" de ganancias. "No me importa ganar dinero", agregó, repitiendo un argumento que ha esgrimido varias veces según el cual la presidencia lo ha llevado, más bien, a reducir su fortuna.
Comprado por el magnate en 2012, el Trump National Doral Golf Club se presenta en su sitio en internet como un "oasis tropical" que ofrece más de 600 habitaciones, incluidas dos "suites presidenciales" y un gran salón de baile bautizado como "Donald J. Trump".
"Tiene un área considerable, cientos de hectáreas, por lo que podemos realizar cualquier evento en el lugar", había afirmado Trump en Biarritz. "Está justo al lado del aeropuerto (...) y cada delegación puede tener su propio edificio".