AFP

Jerusalén vivía el martes su jornada más sangrienta desde el inicio de la violenta escalada entre israelíes y palestinos, con un balance de tres muertos en un ataque con arma de fuego y otro con un auto y un cuchillo.

Al menos uno de los tres autores de los dos ataques resultó muerto, y los otros dos fueron heridos por balas, según un portavoz de la policía israelí, Micky Rosenfeld.

Uno de los ataques fue cometido por dos individuos que abrieron fuego en un autobús, en la primera agresión de este tipo desde el 1 de octubre, cuando se inició una escalada que ahora nada parece detener.

Este atentado avivará sin duda el recuerdo, en una ciudad ya muy nerviosa, de las Intifadas de 1987 y 2000, cuando los transportes públicos se convirtieron en objetivos privilegiados de ataques.

Dos individuos sembraron el terror en el autobús de la línea 78 del barrio judío de Armon Hanatziv, en Jerusalén Este -parte palestina de la ciudad ocupada y anexada por Israel- matando a un hombre de 60 años, y a otro pasajero, que murió debido a sus heridas. Otras tres personas resultaron heridas, según Rosenfeld.

Según varios testimonios, uno de los atacantes utilizó un arma de fuego y el otro un cuchillo. Uno de los dos agresores fue abatido a tiros, y otro herido por la policía.

Un fotógrafo de la AFP vio tres cadáveres en el lugar del ataque, junto al autobús perforado de impactos de bala, con sus ventanas pulverizadas, y en medio de una gran confusión de ambulancias.

Pocos minutos después, un hombre embistió con su automóvil una parada de autobús de un barrio ultraortodoxo de Jerusalén Oeste, matando a una persona e hiriendo a otra.

Luego el conductor salió del vehículo e intentó apuñalar a los peatones, pero fue herido de bala y detenido, dijo la policía.

Poco antes de estos dos ataques, en Raanana, al norte de Tel Aviv, un palestino agredió con arma blanca a una persona antes de ser reducido por los peatones, según la policía israelí.

¿Cerrar barrios palestinos?

El gabinete de seguridad israelí, que congrega a los principales responsables gubernamentales de seguridad del primer ministro Benjamin Netanyahu, decidió reunirse de forma urgente.

El gobierno podría tomar la drástica decisión de cerrar los barrios palestinos de Jerusalén Este, según la portavoz policial Luba Sarmi. También podría flexibilizar las normas para el porte de armas y de la autodefensa.

Los ataques con cuchillo son una de las principales formas de violencia de la actual escalada de enfrentamientos en Jerusalén, Cisjordania y la Franja de Gaza, que comenzó a principios de octubre, cuando presuntos miembros de Hamas mataron a tiros a una pareja de colonos judíos en Cisjordania, en presencia de sus hijos.

Ello fue el punto de partida de sucesivos enfrentamientos y disturbios entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en Jerusalén Este y los Territorios Palestinos

La tensión es tal que crece cada día el riesgo de que se produzca una masiva revuelta palestina, bajo forma de una tercera Intifada.

Esta violencia ha dejado siete muertos del lado israelí y más de 25 entre los palestinos, muchos de ellos autores de las agresiones.

La conmoción llegó hasta la comunidad de los árabes israelíes (17,5% de la población), convocados a una huelga general el martes. Esta comunidad es descendiente de los palestinos que permanecieron en territorio israelí en 1948 (año de la creación del Estado hebreo), y es muy solidaria con los palestinos de los Territorios.

Esta huelga general se produce en un clima de creciente tensión entre los diferentes grupos sociales: alarma y miedo entre los israelíes, y frustración y desengaño entre la juventud palestina.

Una reciente encuesta reveló que la mayoría de los palestinos está a favor de un regreso de la rebelión armada, en ausencia de negociaciones de paz.

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