Hasta 2014, cuando cayó bajo control del grupo autodenominado Estado Islámico, Mosul era la rica capital petrolera de la provincia de Nínive, en Irak.

También era el centro político, económico y cultural del noroeste de Irak.

Ahora, tras meses de planeamiento, las fuerzas de seguridad iraquíes lanzaron una enorme ofensiva, con el apoyo de combatientes Peshmerga kurdos, chiitas y sunitas, apoyados por la coalición internacional dirigida por Estados Unidos.

El objetivo es expulsar al grupo extremista de la segunda ciudad más importante de Irak.

Pero por qué es tan importante esta batalla para recuperar a Mosul.

1. Es el último gran bastión de Estado Islámico en Irak

Mosul, con sus 1,8 millones de habitantes, era una de las ciudades más diversas de Irak, con una población de árabes, kurdos, asirios, turcomanos y muchas otras minorías religiosas.

Pero en junio de 2014, la ciudad fue invadida por EI, y con esto el grupo extremista envió un mensaje que conmocionó al mundo.

"En Mosul fue donde EI irrumpió en el escenario global. Porque antes de tomar la ciudad eran solamente un grupo local", explica Caroline Hawksley, corresponsal de la BBC.

"Así, cuando tomaron Mosul con un impresionante asalto que el ejército iraquí no pudo repeler, todo el mundo empezó de pronto a oír hablar de EI, y éste se convirtió en una grave amenaza que había que tomar seriamente", agrega.

Seis meses antes de tomar Mosul, el grupo, que entonces se llamaba "Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS), había capturado la ciudad oriental de Faluya y después obtuvo victorias importantes en la guerra civil de Siria.

Pero cuando entraron a Mosul, entre 10.000 y 30.000 soldados y fuerzas de seguridad iraquíes depusieron sus armas y huyeron frente a lo que se calcula eran unos 800 extremistas.

Desde entonces, EI destrozó la autoridad del Estado en la región, estableció un régimen brutal que condujo a un éxodo masivo de habitantes e impuso su autoridad persiguiendo a minorías y matando a opositores.

Los extremistas siguieron su avance hacia el sur y tomaron control de gran parte de Nínive y otras dos provincias en cuestión de días.

2. Es un centro cultural, político y económico vital

Días después de entrar a Mosul, el líder de ISIS, Abu Bakr al Baghdadi, declaró el establecimiento de un "califato", un Estado gobernado bajo la ley islámica o Sharia, y cambió su nombre a EI.

Así, desde Mosul, EI estableció su operación para reclutar a seguidores alrededor del mundo, y debido a su cercanía con Siria se convirtió en un conducto de combatientes extranjeros.

La ciudad se convirtió en el mayor "premio" que obtenía EI.

Era la principal localidad de mayoría sunita en un país dominado por los grupos chiitas. Y antes de la invasión de EI, Mosul era el centro de la mayor población cristiana de Irak.

En un inicio, muchos residentes sunitas de Mosul parecieron recibir positivamente a los militantes. Pero la oposición fue creciendo con el brutal régimen.

La ciudad está localizada cerca de importantes campos petroleros y no lejosde las fronteras de Siria y Turquía, y con sus importantes redes de carreteras, es un centro comercial clave en la región.

Con su declaración de crear un califato, la ciudad se convirtió en una fuente importante de ingresos, con impuestos, trabajos forzados y extorsiones.

Si se logra recuperar el control de la ciudad, sería un golpe enorme para las finanzas del grupo extremista.

Mosul, una antigua ciudad asiria, es también un importante patrimonio cultural iraquí, un centro clave rico en antigüedades y sitios históricos, muchos de los cuales han sido amenazados o destruidos por EI.

3. Podría ser el comienzo del fin de EI

En la batalla para recuperar Mosul participan unos 35.000 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes, combatientes kurdos, hombres tribales sunitas y fuerzas paramilitares chiitas apoyados por la coalición internacional dirigida por EE.UU.

Los analistas aseguran, sin embargo, que la ofensiva será extremadamente difícil.

El secretario de Defensa de EE.UU. la describió como "un momento decisivo" en la campaña para derrotar a EI.

Se calcula que EI tiene entre 5.000 y 8.000 combatientes listos para defender a Mosul. Se cree que estos han vivido escondidos entre la población civil, que ahora se estima suman unos 700.000 habitantes.

EI ha tenido meses para prepararse para esta batalla y tal como afirma la corresponsal de la BBC Caroline Hawksley, es probable que use tácticas no convencionales como emboscadas, bombas, francotiradores y terraplenes para repeler a las fuerzas iraquíes.

"Si EI pierde Mosul, perderá una base urbana extremadamente importante", explica Hawksley.

"Pero sabemos que EI combate de formas muy poco convencionales y hemos visto en el pasado que cuando se ven bajo presión en el campo de batalla, vuelven a defenderse con ataques terroristas", agrega.

La caída de Mosul también le arrebataría a los islamistas muchas de sus principales rutas de abastecimiento desde Irak a Siria.

Y eso facilitaría que las fuerzas de la coaliciónpusieran en el punto de mira aRaqqa, considerada la capital del grupo en Siria.

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