Han sido seis largos meses y, para el alivio de muchos, este viernes la temporada ciclónica de 2017, que va del 1 de junio al 30 de noviembre, llegó a su fin.

Aunque todavía existe la posibilidad de que se forme alguna nueva tormenta, los especialistas creen que este año, si eso sucediera, no habría mucho de qué preocuparse.

Los 17 sistemas tropicales que atravesaron la cuenta del Atlántico esta temporada hicieron que se igualaran o superaran récords históricos.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos calificó la temporada de 2017 como "extremadamente activa" y la más devastadora en lo que va del siglo XXI, después de la registrada en 2005.

Harvey, Irma y María fueron los ciclones más catastróficos de este lapso: el primero llegó a categoría cuatro en la escala Saffir-Sipmson, mientras que los otros dos alcanzaron la máxima de 5.

Aquí te damos 5 datos que muestran la magnitud de la temporada de huracanes que recién concluyó.

1-Temporada excesivamente activa

El periodo de huracanes de 2017 fue peculiar desde los inicios hasta su clímax: comenzó antes del inicio, oficial de la temporada, en abril, y durante su mayor auge, entre agosto, septiembre y octubre, se formaron un total de 10 huracanes.

Fueron en total 17 tormentas durante toda la temporada, que si bien no rompieron el récord de 28 registrado en 2005 sí la ubicaron entre las más activas de la historia.

De acuerdo con un informe de la Universidad Estatal de Colorado (CSU, por sus siglas en inglés) el número de huracanes que se formó fue un 154 % mayor al promedio (6,5) mientras el de tormentas tropicales lo fue un 142 %(12) superior.

"Fue una temporada de huracanes particularmente extrema. En casi todos los parámetros que la miremos estaría en el ranking de las 10 peores desde que tenemos registros ", asegura a BBC Mundo el meteorólogo Philip Klotzbach, de la CSU.

2-El récord de septiembre

La temporada de 2017 marcó el mes de septiembre más activo en cuanto a huracanes desde que se iniciaron los registros en 1891.

Fue este el periodo en el que se formaron dos de los tres huracanes más intensos del año: Irma y María, que golpearon el sur de Estados Unidos y otras islas caribeñas.

La energía ciclónica acumulada ese mes, una cifra que se calcula en función de la potencia de los huracanes, también estableció un récord en septiembre.

Según Klotzbach, la generada durante ese mes equivalió a unos 7.000 millones de Watts, alrededor de la mitad de la energía generada por todas las bombas utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial.

La energía ciclónica registrada en septiembre de 2017 equivale, de acuerdo con el especialista, a la suma de la que produjeron los 14 ciclones y tormentas tropicales de toda la temporada de 2013 en el Atlántico.

3- La más cara en la historia de Estados Unidos y la segunda más cara en el mundo

Los huracanes y tormentas tropicales de este año dejaron un gran hueco en las arcas de Estados Unidos, Puerto Rico, Cuba, Antigua y Barbuda, Haití, República Dominicana, Dominica y otros países caribeños a los que devastaron.

En total, causaron daños por US$369.900 millones, lo que convierte a 2017 en el segundo año que más pérdidas deja en este sentido desde 1960, según cálculos de la consultora de riesgos Enki Research .

Solo Harvey, Irma y María generaron daños estimados de US$299.000 millones.

En Estados Unidos, la temporada de 2017 fue la que más pérdidas dejó en su historia: unos US$202.600 millones.

Puerto Rico, un estado libre asociado de la Unión, se encontró entre las naciones más afectadas por el huracán María, que dejó una cifra oficial de 58 muertos (algunos aseguran que son muchos más) y la mayoría de las infraestructuras del país destruidas.

4-El huracán más "viejo" de la historia

Entre los peculiares récords que dejó la temporada de este año se encuentra el de la "longevidad" del huracán que se mantuvo por más tiempo como categoría 5, la más alta y devastadora de la escala Saffir-Simpson (vientos superiores a los 250 km/h).

La "medalla" se la llevó Irma que se mantuvo con ese rango de la escala por 37 horas consecutivas y dejó más de 130 muertos.

Rompió por 12 horas la marca que pertenecía el tifón Haiyan.

Irma quedó también en los registros como el ciclón de mayor magnitud que se forma en la cuenca del Atlántico, fuera del Caribe y del Golfo de México, con vientos máximos sostenidos de 298 km/hpor hora.

Tuvo, también, una de las presiones atmosféricas más bajas jamás registrada en el centro de un huracán en el Atlántico.

Una sonda lanzada desde un avión de reconocimiento mientras estuvo activo detectó una presión central de 914 hectopascales.

El récord, hasta ese momento, le pertenecía al ciclón Gloria, originado en 1985, que tuvo una presión mínima de 919 hectopascales.

5- Huracanes atípicos

Una de las peculiaridades de esta temporada fue el surgimiento de huracanes atípicos para los registros.

Arlene, la primera tormenta tropical de 2017, se formó en abril, un mes y medio antes de l inicio oficial de la tempotrada ciclónica.

Y aunque duró poco tiempo activa antes de desintegrarse cerca de las Islas Azores, registró vientos máximos sostenidos de 101 km/h, lo que la acercó a convertirse en un huracán de categoría 1 (119 kilómetros por hora), algo inusual en esa época del año.

Ophelia, el sexto huracán de la temporada, fue otra rareza.

Un cambio de trayectoria lo desvió hacia Reino Unido e Irlanda, golpeando como tormenta estos dos territorios donde este tipo de fenómenos son generalmente raros.

"Fue una temporada ciclónica muy activa y esto es una señal de que estamos pasando a una fase de activación del fenómeno de La Niña, que propicia la formación de huracanes en el Atlántico", explica a BBC Mundo Juan Carlos Cárdenas, meteorólogo del Centro Mundial de Pronósticos de The Weather Company.

De hecho, a inicios de noviembre, la NOAA anunció que ese fenómeno climático, también, responsable de crudos inviernos y grandes sequías en todo el mundo, había llegado y haría sentir sus efectos varios meses.

Entonces, ¿qué podría esperarse de la próxima temporada de huracanes?

La próxima temporada

De acuerdo con Cárdenas, aunque es todavía demasiado pronto para hacer una previsión, uno de los elementos a tener en cuenta es la fuerza con la que se manifieste el fenómeno de La Niña este año.

Las condiciones que genera esta variación del llamado efecto El Niño Oscilación del Sur (ENOS), al propiciar el calentamiento del mar, son clave en la formación de los ciclones tropicales.

Pero la buena noticia es que todo indica que este año será muy débil.

"Esta vez La Niña está llegando muy tarde, en el otoño, y no es está claro si continuará intensificándose o se debilitará aún más, como sucedió el invierno pasado", explicó a BBC Mundo William Patzert, experto del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés).

No obstante, cree que incluso aunque se intensificara algo más en los meses venideros sus impactos sobre el clima mundial no serán tan intensos, como ocurrió tras la activación de El Niño entre 1997 y 1998.

"Ahí siguió una activación muy intensa también de La Niña. Sin embargo, su comportamiento en los últimos tiempos ha sido muy inusual. Tras la nueva activación de El Niño en 2015 y 2016, La Niña se ha mostrado especialmente débil", señaló Patzert.

Sin embargo, repite que las predicciones del clima no están escritas en piedra.

"Se está comportando de una forma muy atípica, así que hay que tener mucho cuidado en pronosticar cuál será el impacto este año. Al menos por ahora, La Niña ha comenzado tarde y muy débil".

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