Mayim Bialik se hizo conocida en la industria hollywodense por su rol como Amy Farrah Fowler en la premiada serie de televisión The Big Bang Theory. Pero en el último tiempo ha sido materia de discusión por sus fuertes opiniones sobre la diferencia de sueldos en la industria y, en esta ocasión, por una incendiara columna que publicó en The New York Times sobre los casos de abuso y acoso sexual a manos del productor Harvey Weinstein.
En "Mayim Bialik: ser una feminista en el mundo de Harvey Weinstein" la actriz realiza una crítica abierta a la máquina hollywoodense que "premia la belleza física y el atractivo sexual por sobre todo".
"Nada ha sido más duro para mí que el recuerdo de que trabajo en una industria que se beneficia de la explotación de la mujer ─y no solo en la pantalla─ que la acusación de Harvey Weinstein como un acosador sexual en serie, particularmente de las aspirantes actrices jóvenes", agrega.
También incluye algunas frases haciendo alusión a su vida privada y a su forma de vestir como: "He decidido que mi sexualidad es reservada para situaciones privadas con aquellos con quien yo soy más íntima. Me visto de forma moderada", escribe y agrega: "No coqueteo con hombres como política".
Pero las reacciones de las mujeres de la industria a la columna de Bialik han sido del todo menos favorecedoras al ensayo.
Especialmente por un apartado, donde la actriz señala: "Como una orgullosa feminista con poco deseo de hacer dieta, tener una cirugía plástica o contratar a un entrenador personal, casi no tengo experiencias de hombres invitándome a sus piezas en los hoteles. Para aquellas en Hollywood queno representamos el estándar imposible de belleza, tenemos el lujo de pasar desapercibidas y, en muchos casos, ignoradas por los hombres en el poder a menos que podamos hacerles ganar dinero".
Una de las primeras reacciones vino a manos de la modelo Emily Ratajkowski, quien se preguntó en su Twitter: "Así que el consejo de Mayim es: 'nunca fui linda, nunca traté de serlo. Señoritas, tomen nota si es que no quieren ser acosadas'. Esto no es feminismo".
A la crítica se sumó la periodista Emily Gaudette, de Newsweek, que escribió:
"Las implicancias aquí son que Gwyneth Paltrow, Rose McGowan, Ashey Judd y Angelina Jolie fueron a la habitación de Weinstein sólo porque estaban buscando validación y que tenían cierta falla que ella no tiene. Al insistir una y otra vez que ella nunca viste ropas reveladores, Bialik generaliza sobre las víctimas de Weinstein, sugiriendo que ellas hubieran estado a salvo de los acosos si hubiesen luchado más fuerte contra el prototipo de imagen perfecta de Hollywood".
Ante la avalancha de críticas, la actriz y doctora en neurociencia se vio obligada a salir al paso a dar una explicación de su columna en un Q&A (preguntas y respuestas) que se publicó en el mismo medio.
"Veo a un montón de personas sacando mis palabras de contexto sobre la maquinaria de Hollywood y torciéndolas para implicar que, dios lo prohiba, yo culparía a las mujeres de los acosos por su ropa y su conducta", señala Bialik.
"Cualquier que me conozca a mí y a mi feminismo sabe que eso es absurdo y no sobre lo que esta pieza era", agrega.