Durante los últimos dos meses, Manela Lorente sintió que los relojes de su casa estaban rotos.
Su microondas, un radiodespertador y hasta el horno de su cocina, mostraban desde enero algunos minutos de diferencia con los de su celular.
Y por más que lo trataba de corregir, volvían a retrasarse lentamente y, a los pocos días, ya llevaban algunos minutos de diferencia con el resto de los equipos o con su propio reloj de pulsera.
"Yo llegué a pensar que se habían descompuesto, pero la verdad que no creí que hubiera una razón detrás de eso", cuenta a BBC Mundo Lorente, residente del municipio de Sant Quirze del Vallés, en Barcelona.
Como ella, muchas personas en 25 países de Europa vivieron desde mediados de enero la extraña experiencia de notar que los relojes eléctricos de sus viviendas no marcaban la misma hora que los digitales.
El problema se extendió desde España hasta Polonia y desde Grecia hasta Alemania e incluso, Turquía.
Y no, no se trató de un malfuncionamiento de los equipos.
Por más de dos meses fue un misterio, hasta que esta semana, la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Electricidad (ENTSOE, por sus siglas en inglés) explicó la causa.
La organización detalló que el problema comenzó a mediados de enero y afirmó que, hasta el martes, cuando se hizo público, los relojes habían experimentado un retraso que va, en diferentes rangos, hasta los 6 minutos.
Para sorpresa de muchos, detrás del extraño fenómeno había un motivo político.
Las causas
La ENTSOE explicó en su comunicado que el sistema eléctrico de Europa continental experimentó "constantes desviaciones de potencia" debido a problemas de suministro por parte de uno de los operadores.
El "viejo continente" tiene un sistema de generación eléctrica interconectado, lo que implica que la energía que circula por su espacio geográfico se genera conjuntamente entre los diversos países.
"Las desviaciones de potencia han llevado a una ligera caída en la frecuencia eléctrica. Esto a su vez también ha afectado a los relojes eléctricos que están controlados por la frecuencia del sistema de potencia", añadió la organización.
La fluctuación es extremadamente pequeña: de los 50 hertzios con los que opera el sistema energético europeo, los equipos estaban recibiendo 49.996, lo que no implicaba una diferencia significativa para el funcionamiento de la gran mayoría de los dispositivos, pero sí para los relojes.
La ENTSOE, no obstante, aseguró que nunca el sistema energético europeo había sufrido una desviación de frecuencia similar y que la energía faltante ascendía hasta el pasado martes a 113 GWh.
Pero ¿a qué se debió esta desviación energética?
El conflicto kosovar
De acuerdo con la organización eléctrica europea, el problema comenzó cuando una planta de energía en Kosovo, una antigua provincia de Serbia, entró en reparaciones a inicios de año.
Esto provocó un déficit en el suministro de energía del país, pero Serbia, que todavía controla el sistema de transmisión de Kosovo, se ha negado a compensar la diferencia, aunque ambos países tienen un acuerdo en este sentido desde 2015.
Y como los dos países están integrados al sistema europeo y Kosovo ha estado utilizando más energía de la que produce, se ha producido un déficit en el sistema de trasmisión del continente.
Kosovo era una provincia serbia que se independizó tras una guerra librada entre 1998 y 1999, cuando terminó el conflicto con bombardeos de la OTAN.
Sin embargo, tiempo después, los conflictos y las tensiones entre los dos países continúan.
Kosovo, con una población mayoritariamente de origen étnico albanés y musulmán, declaró su independencia finalmente en 2008, pero Serbia y muchos de sus grupos étnicos, no reconocen la autoridad del gobierno del nuevo país.
Los conflictos por el suministro eléctrico han estado en la base de las tensiones desde hace más de una década y aunque se han realizado varios proyectos, hasta ahora ninguno ha funcionado.