Por AFP
En ajustada votación, el Tribunal Superior Electoral (TSE) decidió no dar pie a la anulación de la fórmula presidencial que llevó a Dilma Rousseff y Michel Temer al Palacio de Planalto, en 2014, que podría haber anulado el actual mandato del presidente brasileño.
La decisión de los miembros del organismo fue 4-3 en contra de la casación, gracias a los votos de Gilmar Mendes, Napoleao Maia, Admar Gonzaga, Tarcísio Vieira, mientras que a favor estaban Herman Benjamin, Luiz Fux y Rosa Weber
El TSE examinaba si la reelección hace tres años de la dupla Rousseff (PT, izquierda)-Temer (PMDB, centroderecha) debía ser invalidada por abusos de poder y financiación ilegal de la campaña, dentro del megafraude a Petrobras.
Temer llegó al poder tras la destitución el año pasado de Rousseff por el Congreso, por manipulación de las cuentas públicas.
En una muestra de las crispaciones que se viven en Brasilia, el Ministerio Público había pedido que el juez Admar Gonzaga fuera apartado del caso por haber defendido en el pasado a Rousseff, lo que irritó al presidente del tribunal, Gilmar Mendes, antes de que la demanda fuera rechazada por unanimidad.
Pese a este triunfo, la situación de Temer se mantiene precaria por las acusaciones de corrupción en su contra.
La tormenta política, que estalló hace tres semanas con la divulgación de una comprometedora grabación en que aparecía avalando el pago por el silencio del ex diputado Eduardo Cunha, preso por el caso Petrobras, llevó a la corte suprema a abrirle una investigación por corrupción, organización criminal y obstrucción a la justicia.
No contesta interrogatorio
Durante la jornada, además, Temer informó que rehusó responder al interrogatorio escrito de 82 preguntas enviado por la policía y pidió archivar la investigación que le abrió el Supremo Tribunal Federal (STF) por corrupción, según un documento divulgado por sus abogados.
"El presidente y ciudadano Michel Temer es blanco de una serie de abusos y agresiones a sus derechos individuales y a su condición de mandatario de la Nación", dice el comunicado oficial.
De todas formas, el mandatario tiene otros flancos abiertos.
El fiscal general, Rodrigo Janot, podría presentar formalmente cargos en su contra en cualquier momento, lo que podría apartarlo del cargo si esa denuncia fuera aprobada por la Cámara de Diputados y validada por el STF.
Mientras hace números para que los dos tercios de la Cámara no acaben validando esa denuncia, Temer saca pecho con la tímida recuperación económica que está experimentando Brasil después de la peor recesión de su historia.
Su mayor bandera de gobierno, la aprobación pendiente de dos reformas promercado, también se tambalea por la erosionada base oficialista en el Congreso.
El principal socio del partido de Temer, el PSDB (centroderecha), debe decidir el lunes si abandona el gobierno, con la vista puesta en las elecciones de 2018.
El PSDB podría optar por retirar a sus cuatro ministros, dando un golpe de imagen para el presidente. Importante será ver, no obstante, si mantiene el apoyo a las reformas de austeridad.
Entretanto, planea la posibilidad de que un cercano ex asesor de Temer, Rodrigo Rocha Loures, detenido por corrupción, haga una delación premiada con la justicia.
Si las proyecciones de Temer fallan y cae, el Congreso debería elegir al nuevo presidente en un plazo de 30 días, para completar el mandato hasta fines de 2018.