AFP

El helicóptero militar se desplomó el viernes por la noche a pocos metros de tocar tierra en el sureño poblado de Santiago Jamiltepec, una zona cercana al epicentro del sismo de 7,2 grados que horas antes había sacudido varios puntos del centro y sur de México.

El ministro del Interior, Alfonso Navarrete, y otros funcionarios, viajaban abordo.

Según las autoridades, una nube de polvo causó que el piloto perdiera el control y se desplomara sobre una camioneta en un campo abierto, donde los residentes locales habían establecido un campamento para pasar la noche ante el temor de que alguna réplica pudiera derrumbar sus casas.

"Había unas 20 personas acampando" para resguardarse de las réplicas sísmicas, pero cuando llegó el helicóptero los pobladores "se entusiasmaron y su curiosidad los llevó a correr en masa hacia la nave", dijo a la AFP un militar bajo anonimato por no estar autorizado para hablar del tema.

La gente "no ha acabado de digerir lo ocurrido y pasamos de ser los buenos a los malos", prosiguió el militar frente al helicóptero siniestrado.

Además de Navarrete, en el helicóptero viajaba el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.

El ministro de Defensa, Salvador Cienfuegos, viajó a Santiago Jamiltepec para reunirse con las familias de las víctimas.

Cienfuegos dijo que la secretaría de la Defensa "asume totalmente su responsabilidad".

Prometió además "estar pendientes de todos y cada uno" de los habitantes del lugar. "Nos sentimos tristes y consternados", agregó.

El terremoto causó daños relativamente menores. Las únicas muertes ocurrieron por el accidente, que además dejó 15 heridos.

La intensidad del sismo provocó pánico entre los habitantes del centro y sur de México debido a que aún está fresco el recuerdo de dos temblores registrados en septiembre que dejaron un total de 465 muertos.

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