Kusa es una pequeña y tranquila ciudad rusa de los montes Urales, pero tras descubrirse una estatua de Stalin en el fondo de un estanque surgió un feroz debate sobre el legado del dictador que reaviva viejas tensiones.

En 2018, con motivo de los trabajos de mantenimiento que hicieron bajar las aguas del estanque, los habitantes de esta ciudad de 18.000 habitantes descubrieron una imponente estatua del dirigente soviético.  

Nadie sabe cómo llegó hasta ahí esta estatua de cemento. Stanislav Safeyev, militante comunista, supo de eso cuando un fotógrafo envió por Internet una foto del monumento, que reposaba a orillas del estanque donde fue descubierto.

Con ayuda de otros activistas, este miembro del movimiento patriótico "Esencia del tiempo" la recuperó y transportó a su casa para restaurarla. Según él, reinstalar la estatua facilitaría "mejorar la comprensión y el conocimiento de este periodo de la historia". 

Pero Safeyev se encontró con "una enorme presión" de las autoridades locales, que tienen otros proyectos para Stalin.

Yuri Lysiakov, jefe del consejo municipal de Kusa, quiere que la estatua tenga un lugar en un museo que "describa la historia de este personaje y del descubrimiento" de la estatua.

De todas maneras, agrega, las variaciones extremas del clima en Kusa, de -40 °C el invierno a +40 °C el verano, dañarían la estructura de cemento de la escultura.

En la ciudad, el debate arrecia entre partidarios del museo y quienes desean que se coloque en un lugar público.

Maria Tarynina, de 69 años, nació unos años antes de la muerte del dictador, en 1953. Sin embargo, el recuerdo de Stalin está muy vivo para ella: "Está tal vez relacionado a mi juventud, cuando Stalin y Lenin eran considerados grandes líderes. Por eso "estoy por su restauración".

Otros recuerdan las olas de represión estalinistas que mataron a millones de soviéticos. "Hizo mucho por el país, por la Unión Soviética. Pero hay muchas pruebas de que actuó mal con sus conciudadanos", señala Irina Aksionova, de 39 años.

Como la mayoría de las ciudades rusas, Kusa ya posee una estatua de Lenin. Las estatuas de Stalin fueron desmanteladas luego de las denuncias de los crímenes estalinistas por el dirigente soviético Nikita Jrushchov en 1956.

El debate que se adueñó de Kusa responde a las ambivalencias y los olvidos de la sociedad rusa con relación a Stalin. 

El año pasado, una encuesta revelaba que la mitad de los rusos de entre 18 y 24 años nunca oyeron hablar de las represiones estalinistas.

En otra encuesta, publicada este año, el 70% de los rusos decía que aprobaba el papel del dictador en la historia.

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