En medio de la crisis que se vive en Ucrania, país que está bajo ataque de Rusia, quienes también se han visto afectados son los futbolistas extranjeros que juegan en el país.
Uno de ellos es el defensor ghanés Najeeb Yakubu, que milita en el FC Vorskla Poltava. El jugador de 20 años, en entrevista con el medio deportivo City Sports según indicó Omy TV, entregó detalles de la difícil situación que vive.
“Ayer (martes) cuando fui al entrenamiento, todo estaba bien. Esta mañana me desperté con la noticia [del ataque]. Enviaron un mensaje de emergencia de que no habría entrenamiento y que deberíamos quedarnos en casa y estar seguros. Llamé a mis amigos en la ciudad que fue atacada y me dijeron que esto no es una película, es algo serio”, dijo el defensa.
Desde las Naciones Unidas afirman que unas 100.000 personas ya han huido de sus hogares mientras Rusia continúa sus ataques terrestres, aéreos y marítimos en diversas ciudades de Ucrania.
Por su parte, el jugador confirmó que la mayoría de los servicios de donde vive se han paralizado, sin indicios de que la situación mejore pronto.
“Estoy a una hora y media de Kharkiv, una ciudad que ha sido atacada (hubo fallecidos). Estamos confundidos y atrapados aquí. Nada está funcionando; no hay bancos, trenes, taxis, aeropuertos o restaurantes, nada. Todo está terminado en las tiendas. No sabemos qué hacer. Tenemos que mudarnos lo antes posible, pero estamos atrapados aquí”, comentó Najeeb.
El ataque de los rusos provocó que la población repletara los supermercados para lograr abastecerse para los próximos días donde no se sabe que ocurrirá.
Yakubu dijo que si bien logró comprar comida y otros artículos antes de que, como era de esperar, se agotaran, solo serían suficientes para unos tres días como máximo.
“No hay suficientes [alimentos]. No puedes conseguir suficiente porque antes de llegar al supermercado, está casi todo terminado. Así que tienes que elegir algunas cosas y dejar algunas para otra persona, para que todos puedan obtener algo”, confesó el defensa.
El ghanés admitió que sería difícil evacuarlos ya que la frontera más cercana, el cruce polaco, estaba a 15 horas en autobús. “No sé si alguien estaría dispuesto a sacrificarse y llevarnos allí. Es difícil, no sabemos qué hacer” , señaló.