AFP
Estudiantes que sobrevivieron al tiroteo de Florida anunciaron el domingo una manifestación en marzo en Washington con el objetivo de avergonzar a los políticos por no legislar para controlar el acceso a las armas de fuego en Estados Unidos.
Los estudiantes de la escuela escuela Marjory Stoneman Douglas de Parkland, al norte de Miami, prometieron hacer de la matanza, que dejó 17 muertos, un punto de inflexión en el debate por el control de armas en el país, que se encuentra bloqueado.
Se espera que la manifestación de Washington inspire otros eventos en todo el país.
"No es contra el Partido Republicano o contra los demócratas", aseguró la estudiante Cameron Kasky a la ABC. "Todos los políticos en ambos lados que reciben dinero la NRA son responsables", dijo, en alusión a la Asociación Nacional del Rifle.
La NRA, poderoso lobby tradicionalmente aliado a los republicanos que actualmente controlan el Congreso de EEUU, se opone a cualquier limitación en nombre de la segunda enmienda de la Constitución, que garantiza el derecho a poseer y portar un arma.
Ni siquiera después de la masacre de 58 personas en Las Vegas en octubre pasado por un tirador que tenía un arsenal de 47 armas de fuego, el Congreso se avino a endurecer las leyes de control de armas.
Durante una protesta realizada la noche del sábado en Fort Lauderdale, una sobreviviente de la masacre denunció con firmeza los vínculos del presidente Donald Trump con la NRA.
"A todos los políticos que recibieron donaciones de la NRA, ¡qué vergüenza!", proclamó la joven Emma González tras haber fustigado a Trump por haber recibido el apoyo financiero del poderoso grupo durante la campaña presidencial de 2016.
El domingo, González, de 18 años, urgió a los político a unirse a un debate sobre el control de armas, citando a Trump así como al gobernador republicano de Florida, Rick Scott, y el senador republicano por el estado, Marco Rubio.
"Queremos darle la oportunidad de estar del lado correcto de este asunto", instó González junto a cuatro compañeros de clase, que llamaron a los estudiantes del país a ayudar a impulsar el mensaje.
El presidente Donald Trump, en tanto, se reunió el domingo con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, con quien habló sobre "la reciente tragedia en Parkland, Florida", entre otros temas.
Al día siguiente al tiroteo del miércoles, Trump insistió sobre los problemas mentales del atacante, sin mencionar para nada el derecho a poseer un arma, ni sobre las armas semi-automáticas como el fusil AR-15 que utilizó el tirador, un joven de 19 años llamado Nikolas Cruz.
Señales de alarma
Nikolas Cruz había sido atendido psicológicamente por sus problemas de conducta pero pudo beneficiarse de una legislación muy laxa en Florida para comprar legalmente su arma el año pasado.
James y Kimberly Snead, la pareja que lo albergó en su hogar desde noviembre tras la muerte de su madre por neumonía, dijo no tener idea de sus tendencias violentas, según declaraciones al diario Sun Sentinel.
"Hemos tenido a este monstruo viviendo bajo nuestro techo y no lo sabíamos", dijo Kimberly, una enfermera de 49 años. "No vimos este lado de él".
Los Snead lo describieron como alguien que creció aparentemente sin tener que realizar tareas comunes. No podía cocinar, lavar ropa, recoger sus cosas o incluso usar el microondas. "Era muy ingenuo. No era tonto, solo ingenuo", dijo James Snead un veterano del ejército de 48 años.
Tenía hábitos raros como poner galletas con chispas de chocolate en un bocadillo y un sandwich de queso, e irse a la cama a las 8 pm.
Parecía solitario y quería tener una novia, también estaba deprimido por la muerte de su madre, dijo la pareja.
Kimberly Snead había llevado a Cruz a una terapia solo cinco días antes del tiroteo. El chico había dicho que estaba abierto a tener una terapia y sacó una tarjeta de crédito.
Cruz dijo a los Snead que heredaría al menos 800.000 dólares de sus padres, y que la mayor parte de estos fondos estaría disponible cuando tuviera 22 años.
La última vez que la pareja vio a Cruz fue en la oficina de la policía del condado de Broward. Vestido con una bata de hospital, estaba esposado y rodeado agentes.
"Dijo que lo sentía. Se disculpó. Se veía perdido, absolutamente perdido. Y fue la última vez que los vimos", dijo James Snead.
Un informe de los servicios sociales realizado por una automutilación reveló en septiembre de 2016 que Cruz deseaba comprar un arma de fuego, según un informe citado por el Sun Sentinel.