La empresa Shein se encuentra en medio de una polémica luego de que invitara a un grupo de seis influencers a conocer sus instalaciones en China: Las cancelaron en redes sociales por mentir y hacer “propaganda” para ocultar el maltrato laboral.

Comprar ropa a través de Shein se ha hecho una especie de moda para los influencers: adquieren grandes cantidades de prendas por la página web a bajo precio y se las prueban en cámara para que sus seguidores vean los productos.

La tendencia se ha masificado a tal punto que la empresa ofrece colaboraciones pagadas con algunos de los internautas más virales e incluso les permite crear sus propios diseños. Es así como se impulsa a que más personas compren en la página, por lo que la empresa prevé unas ventas de 60.000 millones de dólares en 2025 (Financial Times).

Industrias que generan ropa a bajo costo como Shein suelen estar en el escrutinio público por denuncias de maltrato laboral: Largas jornadas, poca paga e incluso trabajo infantil para abaratar costos en la producción.

Es en esta línea que la marca invitó a seis de sus influencers a un viaje pagado por China, donde podrían conocer sus instalaciones y desmentir las críticas. En los videos se ve a las mujeres pasear por las fábricas y centros de envíos, mostrando sorpresa ante su orden, limpieza y la felicidad de los trabajadores.

“No voy a mentir, realmente esperaba que se viera como en las películas, muy oscuro y lúgubre, pero me sorprendió mucho ver cada pieza manejada con cuidado”, dijo una de las invitadas.

La creadora de contenido Destene Sudduth aseguró que los operadores “ni siquiera estaban sudando”.

“El trabajo infantil y los salarios justos son temas serios y fueron algunas de las preguntas que ustedes tenían curiosidad y querían que les preguntara”, señaló una de las influencers, comentando que “cuando preguntamos a algunos de los trabajadores y empleados sobre estos temas, todos con los que nos encontramos estaban contentos con su salario y la idea del trabajo infantil era algo que les parecía una locura”.

“Me gusta la experiencia porque fue real. No es como solo ver fotos y videos de estos almacenes. Realmente estuvimos acá” y “ahora puedo irme a casa sintiéndome tranquila y confiada en mi colaboración con Shein”, fueron otros de los testimonios de las participantes del recorrido.

 A pesar de lo que señalaron las mujeres y lo que se ve en las redes sociales de la empresa con el hashtag “Shein 101”, el viaje y todas sus publicaciones dieron inicio a una ola de críticas en internet, donde los usuarios apuntaron que todo lo mostrado, incluyendo el personal, parecían actores.

"Mano de obra esclava, ¿Qué es esta propaganda basura?", “esa es tan solo una fábrica de 6000”, “parece Black Mirror”, “muestren los otros almacenes”, “quizás el equipo de marketing pensó que era buena idea”, “¿es una broma?”, o “tienen que ser muy tontas para caer en esta mi*erda”, fueron tan solo algunos de los comentarios que recibieron.

La funa o cancelación a las influencers llegó a tal punto que varias bloquearon los comentarios en sus publicaciones para dejar de recibir mensajes negativos.

"Realmente no conozco ninguna otra situación en la que haya habido una agenda abierta como en el ejemplo de Shein", dijo Mae Karwowski, fundadora de la agencia de marketing de influencers “Obviously” a New York Times, añadiendo que “exigía tanta suspensión de la incredulidad y claramente parecía una especie de propaganda".

Desde la empresa sostuvieron que “sus videos y comentarios en las redes sociales son auténticos, y respetamos y respaldamos la perspectiva y la voz de cada persona influyente sobre su experiencia”.

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