El catedrático de la Universidad de Barcelona y director del Observatorio de las Relaciones UE-América Latina, Ramón Torrent, formó parte del 56% de los catalanes que decidieron no ir a votar en el referéndum de autodeterminación de Cataluña.

Una jornada que, sin embargo, este destacado europeísta catalán vivió con "enorme tristeza", porque pudo ver a "muchos conciudadanos ilusionados, engañados y equivocados", según cuenta en entrevista con T13-Semanal.

-¿A qué se refiere con “desilusionados, engañados y equivocados”? Tampoco es que se esperaran resultados concluyentes de una consulta popular considerada ilegal.

-Los catalanes tenemos 10 mil motivos para estar irritados con el Estado español. La financiación de Cataluña como comunidad autónoma, y con independencia de que sea una de las comunidades relativamente ricas en España, es injusta o muy desfavorable. El gasto público en esta región es mucho menor que el gasto público en España. Y para gente anticuada como yo, que cree que el gasto público es bueno, tener menos gasto público por habitante que en otras partes de España, es muy malo.

Pero yo discrepo de un movimiento independentista, porque creo que los primeros culpables de la situación actual de Cataluña, además de la élite gobernante en Madrid, es la propia élite gobernante de Cataluña. Y esto lleva ya 38 años.

El primer estatuto de autonomía de Cataluña del 79 era una porquería, porque los catalanes lo negociaron mal. Ellos querían un estatuto para alcanzar el poder, y luego ha habido 37 años de malos gobiernos que no han aprovechado ninguna de las circunstancias favorables que se dieron en España para corregir el error inicial.

Yo discrepo de un movimiento independentista, porque creo los primeros culpables de la situación actual de Cataluña, además de la élite gobernante en Madrid, es la propia élite gobernante de Cataluña.
Ramón Torrent

Entonces, el error de los independentistas catalanes es el diagnóstico. Ellos dicen: ‘ahora estamos mal por culpa de la clase y la élite gobernante en España’, y ahí se equivocan, porque si estamos mal es por los gobernantes de España, pero también por culpa de los gobernantes catalanes.

-¿Y cuál es el principal error de los gobiernos catalanes?

-Partir de un mal diagnóstico, los gobernantes catalanes han engañado a la población en hacerle creer que en el plano internacional, y sobre todo en el marco de la Unión Europea, habría una reacción favorable hacia ellos. Y esto es un engaño perverso.

Yo trabajé 10 años en la integración europea en Bruselas (1988-1998), como director de relaciones exteriores del servicio jurídico de un consejo de la Unión Europea, pero jamás nadie me preguntó nada. ¿Por qué? Porque no convenía que se supiera la verdad. Lo que convenía era engañar a la población diciendo que la Unión Europea sería favorable, de un modo u otro, o al menos receptiva, al independentismo catalán.

-Pero ahora lo saben. La Unión Europea ha sido enfática en apoyar al Estado español y rechaza el independentismo catalán.

-Sí. Porque la UE no quiere y, por otra razón que es mucho más profunda, porque no puede. La UE –que no somos EE.UU. de Europa–, no puede intervenir en un tema como el de Cataluña, ya que no tiene las competencias.

Entonces se creó una ilusión en los ciudadanos. Y lo más perverso es que los hayan engañado los gobernantes, porque genera frustración y un sentimiento antidemocrático; porque crea una impresión de que esto era para ganar: que la UE estaba a favor del independentismo catalán. El resultado provoca una tristeza increíble, porque esto acabará mal. La única duda es si terminará ‘muy-muy mal’, ‘muy mal’ o ‘solo mal’.

-¿Qué significa “mal” o “muy-muy mal”?

-Mal significa que el independentismo catalán consiga poca cosa, que simplemente se vaya pudriendo la situación y que a largo plazo Cataluña entre en una ligera decadencia que, año en año se nota poco, pero en 40 años, mucho. El que conoce Buenos Aires sabe lo que es una decadencia de 60 años.

Acabar ‘muy-muy mal’ es que el gobierno español envíe la policía y el ejército aquí, a Cataluña, que detenga al presidente de la Generalitat y que esta región entre en una situación de absoluta pérdida de autonomía. Entre ambos extremos hay muchos matices.

-Entonces, ¿el escenario “más positivo” que ve para Cataluña es la decadencia?

-Exacto. Eso es.

-¿Y qué salida ve a la actual crisis?

-Si quiere que le conteste la verdad: Ninguna.

"Independencia" solo en un mundo idílico

-¿Por qué está en desacuerdo con la propuesta independentista de Puigdemont?

-Porque se basa en el argumento de que la culpa la tienen los otros. Mientras que yo, que soy anticuado y honesto, prefiero buscarla en quienes tengo más cerca. Y mientras a mí, ningún gobernante catalán me diga que la culpa la tienen los gobernantes catalanes y los españoles, pero primero los catalanes, no me la creo.

Segundo, porque la independencia es imposible dentro del Estado español por una cuestión de “correlación de fuerzas”, y porque hay casi una mayoría de catalanes que no quieren la independencia. Y esto se olvida.

"La independencia es imposible dentro del Estado español por una cuestión de -aunque no me gusta el término- de “correlación de fuerzas”, y porque hay casi una mayoría de catalanes que no quieren la independencia. Y esto se olvida".
Ramón Torrent

Y porque en el marco de la UE, la independencia tiene muchos más efectos que si España no estuviera allí. La independencia de Cataluña significa quedar fuera del mercado interior europeo. Y esto Cataluña no lo puede resistir. Si los independentistas lo hubieran sabido y no se les hubiera engañado, buena parte de ellos no lo serían.

-A su juicio, ¿existe algún beneficio de una independencia de Cataluña de España?

-En un mundo ideal, en el que hubiera independencia y todo el resto funcionara igual. Si Cataluña fuera independiente en un mundo idílico, estaría mucho mejor que ahora. Porque todo el gasto público generable en Cataluña lo tendría la región. Si le preguntaran a los catalanes ‘oigan, ¿ustedes en un mundo idílico querrían que Cataluña fuera independiente?'. Todo el mundo dirá que sí. Lo malo es que el mundo no es idílico. El mundo es lo que es.

-Pero la realidad obliga a no independizarse de España, porque no es conveniente. ¿Eso?

-Porque no se puede. Ahora, cuidado, (salvo) si se está dispuesto a crear una situación prácticamente de guerra civil y los catalanes quieran irse a las barricadas. A los catalanes se les ha engañado. Se les ha hecho creer que podía haber independencia desde las barricadas.

A los catalanes se les ha engañado. Se les ha hecho creer que podía haber independencia desde las barricadas.
Ramón Torrent

-Usted, como pesimista de la independencia de Cataluña, cree que ¿los catalanes “morirán” antes de ver esta región como Estado?

-Eso es evidente.

-¿Y dónde queda el argumento de la identidad?

-Hay mucha identidad en Cataluña. Yo me siento catalán y hablo catalán, pero no hay tantos catalanes que tengan este sentimiento de identidad. En las últimas elecciones autonómicas, los independentistas tuvieron menos de un 50% de votos. Por lo tanto, votantes independentistas en proporción a ciudadanos de Cataluña hay relativamente pocos. Hay muchos en términos absolutos, pero hay pocos en términos proporcionales. Aunque ha ido en aumento, pero no mucho.

-A su juicio, ¿cómo ha manejado Rajoy el proceso independentista?

-Rajoy ha manejado esto un 50% mal, porque el gobierno del Partido Popular es malo y otro 50% aplicando una táctica buena, desde su punto de vista, que es dar respuesta sin dar respuesta, y dejando que la situación en Cataluña se pudra. Y al final lo ha conseguido. La situación en Cataluña se está pudriendo en forma acelerada.  

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